Como me gustó tanto la ruta por Canfranc al Ibón del Anayet en junio, ahora he ido al otro valle, el Valle de Tena, para hacer varias excursiones.
En la de hoy, desde las pistas de Formigal, concretamente la del Anayet, y por el Corral de Mulas, pasamos por la alambrada, pues una barrera impide el paso a vehículos, y llegamos al final de la pista, donde está situada la estación de esquí, donde ya podemos ver señales del GR-11.
Empezamos a subir, por senda, el Barranco de Culebrillas, pasamos al lado de una cascada, que por ser septiembre, está casi seca, y tras una fuerte subida llegamos a los ibones, muchos de ellos secos, y vamos en dirección al paso entre el vértice y el pico, por una zona de roca rojiza, hasta llegar al collado.
Tomé la senda de la derecha, donde el camino nos lleva horizontalmente hasta unas rocas que hay que subir. Luego, en medio de unas rocas que parece de otro planeta por su color, llegamos a la base del pico Anayet, donde hay un cable de 5m de longitud, para ayudarnos en la subida, el cual no pasé porque me daba vértigo. Desde ahí se llega la chimenea que en poco tiempo te lleva a la cumbre.
Al no pasar por el cable debido a mi vértigo no tuve ningún susto, pero sí al empezar a bajarm ya que encontré con dos árabes. El primero de ellos me dijo únicamente «dame» con la mano plana, y dentro de mi, pensé que ya me podía despedir de las cámaras de fotos y la cartera. Al momento giró la mano y me la dió para estrechar la mia. Eran dos pastores que a los que se les había extraviado una cabra. (Los prejuicios a veces nos hacen pensar mal cuando no debería ser así).
Continué bajando, hice unas fotos del Midi d’Ossau. La diferencia entre junio y septiembre de los ibones es tremenda. Desde el collado se sube fácilmente al vértice que está un poco más alto.