Sabemos que salir con la bici a la montaña en invierno no es tan cómodo como en otras estaciones pero tomando unas simples medidas, especialmente relacionadas con tu indumentaria, puedes disfrutar igual que en cualquier otra estación.
Es cierto que cuando un sábado te levantas a las 7 de la mañana, miras por la ventana y ves el suelo escarchado, los nubarrones amenazantes o el termómetro te mira con una sonrisilla socarrona indicándote -5ºC dan ganas de volver a zambullirte en edredón y seguir soñando con tu bici favorita … pero en nuestro caso, con lo que nos gusta dar pedales y teniendo en cuenta que la gran mayoría de veces salimos a rodar por las montañas de Teruel o por la zona de Alcoy (que no son precisamente de clima tropical) acabaríamos convirtiéndonos en lirones (además sabes que una vez estás ya sobre la bici se te pasan todas las perezas y empiezas a disfrutar a lo grande).
Así que os contamos más o menos como lo hacemos para que el frío sea más llevadero.
1 – La motivación:
Si estás motivado, te gusta salir a la montaña y sabes que si no lo haces, luego, cuando te levantes a las 11 de la mañana te arrepentirás enormemente por no haber salido y no estar disfrutando de la bici … ya tienes un 50% hecho (si a eso le sumas que tendrás que aguantar las fotos por el WhatsApp de tus compis habituales que sí que han salido será el 75%).
2 – La vestimenta
Algún amigo tenemos al que hemos visto salir “enfelpado” hasta las narices. No hagas eso, la sudada será terrible y cuando pares, encares las bajadas o de momento despejen las nubes negras y salga un sol radiante … te vas a morir.
Ten en cuenta que durante el invierno vas a tener 3 enemigos principalmente: frio, lluvia y viento (y de vez en cuando la nieve), a ninguno le vas a ganar con “la felpa” y puedes ir perfectamente preparado para combatirlos a los 3 en una misma salida sin tener que llevar las maletas de Willy Fog detrás, para ello solo es necesario aplicar la teoría de las 3 capas (que es igual de válida para el senderismo o el running).
En el cuerpo
Capa 1: La que va en contacto directo con nuestra piel. Deben ser prendas ajustadas, jamás de algodón (esto haría que fuésemos mojados toda la ruta), sino que ha de tratarse de camisetas técnicas de secado rápido (generalmente de polyester) para deshacernos lo más rápido posible del sudor. Elegiremos camisetas interiores de manga corta o larga en función del frio que haga.
Capa 2: Será la siguiente que nos pongamos y su función será la de proporcionarnos cierto abrigo pero también debe estar realizada en tejidos técnicos que permitan evacuar el sudor y te aconsejamos que no sea extremadamente gruesa.
Capa 3: Será la encargada de aislarnos del viento y darnos calor. (Si vives en una zona en la que la lluvia es la constante también debe ser impermeable y aislarte del agua). Deben estar confeccionadas con membrana que además de ser impermeable tenga capacidad de expulsar el sudor y transpirar (en esta capa te aconsejamos no escatimar en precio, una buena prenda te va a hacer las salidas mucho más confortables).
Si vives en una zona en la que no suele llover, puedes llevar una chaqueta de ciclismo técnica no necesariamente impermeable y en tu mochila un paraviento impermeable con aberturas en las axilas y si algún punto de ventilación más si es posible, para salir de un aprieto ante una tormenta puntual.
Jamás utilices prendas totalmente impermeables que no transpiren ya que si no al sudar agravaran la condensación y acabaras empapado y frio, y eso en invierno no mola nada 😉 .
Tampoco está de más que en tu mochila lleves una simple camiseta interior técnica de manga corta extra, ocupa poco y no sabes el papel que hace si el frio acaba siendo más intenso de lo esperado o por lo que sea acabas sudado y te permite cambiarte la capa interior.
¡Ah!, cuando pares en lo alto de la cima a comerte ese bocata o a descansar un poco, cúbrete, ese paraviento que ni pesa ni ocupa apenas espacio en tu mochila es la prenda ideal para evitar esas ventoleras frías sobre tu cuerpo.
Para la cabeza.
En los días de frio intenso, sobre todo si tu cabeza es una bola de billar como la nuestra, puedes recurrir a utilizar una braga (para tapar garganta y orejas especialmente en las primeras horas de la mañana), un pañuelo pirata para la calva o incluso un gorro de ciclismo (los venden específicos). A nuestro gusto, intenta que no sean demasiado gruesos ni calientes ya que si no te acabarás agobiando.
Para las piernas.
Lo más polivalente es utilizar unos pantalones (o culottes) cortos con unas perneras que te protejan en los momentos más fríos y te puedas quitar si sube la temperatura (los ciclistas sufrimos más de frio en el tronco que en las piernas, que son las que hacen el 80% del esfuerzo).
Nosotros en los días más fríos sí que solemos utilizar pantalón largo (específico para ciclismo, que es muy elástico en las zonas de articulación y en la espalda baja para evitar tiranteces) ya que si prevemos claramente que no subirán mucho las temperaturas son más cómodos ya que no se van deslizando como las perneras.
En las manos.
Como no, guantes largos. Las manos son quizá la parte del cuerpo que más sufre el frío sobre la bici así que llévalas calentitas. A nosotros personalmente nos gusta sentir el puño de la bici y el freno en nuestros dedos, nos gusta tener tacto así que cuando hace muchísimo frio, en lugar de utilizar unos guantes gruesos, de esos que parecen de panadero, preferimos colocarnos bajo nuestros guantes habituales unos “sotoguantes” muy finos y ajustados y nos van de maravilla.
Para los pies.
Junto a las manos, son otra de las partes que más sufrirán de frio. Nosotros optamos siempre por unos buenos calcetines térmicos de ciclismo y en días de frio extremo nos colocamos otro par bajo estos (más finos y bien ajustados).
¡Ah!, no lleves el calzado ajustadísimo, que no te apriete, ya que si no dificultas el riego sanguíneo y todavía se te enfriarán los pies más rápido.
Existen los cubre-botines e incluso solo punteras de neopreno pero en nuestro caso vamos más cómodos sin ellas, ya que muchas de nuestras rutas terminamos por cargar con la bici al hombro en algunos senderos y, o acabamos perdiéndolos o terminan destrozados, pero si no sueles patear mucho te harán un buen papel.
3 – Los días son más cortos
Recuérdalo, si sales de ruta diaria mejor madruga algo más no sea que se te acabe complicando la ruta por alguna avería o caida y se te haga de noche.
Si sales por la tarde, por supuesto hila mucho más fino y ve estrictamente a lo programado, la noche cae rápido y a horas muy tempranas en invierno y puedes llevarte algún susto (nosotros ya tuvimos una mala experiencia que puedes leer AQUÍ ).
Intenta planificar bien la ruta siempre, observando su perfil, longitud y dureza y date siempre un margen de tiempo extra sobre el que crees que puedes necesitar para finalizarla.
4- Bebe, bebe, bebe.
Aunque sea invierno necesitas hidratarte mientras pedaleas, la sensación de sed siempre suele ser menor que en días calurosos pero tu cuerpo sigue necesitando que lo hidrates cada cierto tiempo aunque no sientas esa sensación de sed.
5 – Cuando la ruta es lejos de tu casa
Lleva ropa para cambiarte en el coche y algo de comer (unas barritas extra, un pequeño bocata), así podrás cambiarte para volver caliente y reponer fuerzas al regresar a tu coche antes de emprender el camino de vuelta a casa. Verás que bien sienta y de paso tu mujer/marido no te verá entrar en casa como un león, desencajado, sudado, helado y hambriento.
6- No te olvides de todo lo demás
Sea invierno, verano o primavera, no te olvides de todos los demás consejos: lleva el móvil siempre cargado, dile a tus amigos o pareja que ruta es la que piensas hacer y no la cambies y lleva todo lo necesario en tu mochila como te contamos AQUÍ
7 – Disfruta
Como siempre, lo más importante es que disfrutes, que lo pases bien, que te salga esa sonrisilla bicicletera que todos conocemos haga frio o no y por supuesto, se respetuoso con la montaña.