Bronchales (en la Sierra de Albarracín) se ha convertido en una de mis zonas de naturaleza preferidas y al llegar la primavera siempre aparecen en nuestra mente sus inmensos pinares (pocos bosques de esta magnitud se pueden encontrar en España) y la enorme cantidad de fuentes que manan agua por todas partes, de hecho no es que el agua mane solo de las fuentes, es que se escurre por los senderos y caminos fruto del deshielo de la nieve (debido a su altitud no es extraño que todavía nieve en abril o incluso en mayo alguna vez).
El verde intenso, el agua y la enorme tranquilidad que se respira en la sierra (en esta época es muy fácil pasar 8 horas sobre la bici por la sierra sin cruzarte con un solo humano) hacen que esa cita anual se convierta en fija y especial, así que llegado mayo, allá vamos.
En esta ocasión decidimos cambiar las rutas habituales que hacemos por allí y realizar una nueva por lo que tirando de Wikiloc y mapa topográfico preparamos una con muy buena pinta que al final resultó una chulada pero físicamente bastante dura.
Allá vamos.
Como en otras ocasiones aparcamos e iniciamos la ruta en la parte alta de Bronchales, para inmediatamente abandonar la población por nuestra derecha por una pista ancha (en el inicio asfaltada y a los pocos metros ya de tierra conocida como “Camino del Atajo” , que nos llevará ascendiendo constantemente durante los 2,8 primeros kilómetros hasta la Peña del Cervero (desde la que tenemos una bonita panorámica de Bronchales). Toda la subida se realiza por una pista en muy buen estado que transcurre por dentro de un magnífico bosque de pino negral que no dejaremos de disfrutar durante toda la ruta, es realmente espectacular.
Desde allí nos dejaremos caer poco más de 500m por pista para abandonarla por la izquierda para tomar un sendero que con una pendiente pronunciadísima nos bajará hasta El Arroyo de la Tejera.
Se trata de una bajada corta (unos 400m) pero intensa y divertida. Transcurre entre el denso pinar y tendremos que repartir nuestra atención entre no chocar con el manillar con los árboles y en mantenernos sobre la bici superando una pendiente de más del 30% que hará que detener la bicicleta sea casi imposible en algunos puntos, así que a surfear sobre la hojarascas toca. En alguna curva estamos a punto de irnos por orejas al deslizarnos un poco la rueda delantera pero llegamos abajo con la primera sonrisa del día.
Al llegar a la parte inferior, cruzamos el arroyo pasando sobre unas piedras y llegamos a una preciosa praderita verde junto al mismo. Aquí mini-descansito, fotos y seguimos camino empujando la bici para superar un pequeño repecho y entrar en una pista/senda de tierra que durante los próximos 2,5 kilómetros nos va a hacer ascender sin parar (y sin parar de disfrutar también) hasta la Fuente del Ojuelo pasando antes por la Fuente del Senderista (que reconoceréis inmediatamente por las botas de montaña que presenta la fuente en su parte superior).
La subida es preciosa, durante gran parte de la misma pedaleamos por un tupidísimo bosque de pino silvestre y negral junto al arroyo y la escorrentía de agua invade nuestro camino, teniendo que pedalear sobre al agua y el suelo de hierba ablandado por la misma (esto le va dando dureza a la ruta). Atravesamos un pequeño canchal, algún pequeño prado y pedaleamos gran parte de la subida por un sendero entre pinos hasta llegar a la Fuente del Ojuelo (Km 6,34 de ruta), situada en una pequeña área recreativa.
Por la fuente mana tanta agua y tan fuerte que el chorro del caño pasa sobre la pileta de piedra, da gusto verla así.
De nuevo descansito y seguimos camino. Hasta aquí conocíamos el trazado por coincidir con otras rutas que habíamos realizado por la zona como esta pero igualmente lo disfrutamos por como si fuese la primera vez que pasábamos por lo precioso del entorno.
Desde la Fuente del Ojuelo giramos a nuestra izquierda por la pista principal para en poco más de 100m abandonarla por nuestra derecha y tomar una pista menos marcada que nos ira ascendiendo de nuevo hacia el Collado de los Griegos primero y a la Era Carrasco después (ya a 1.789m de altura) en el Km 9 de ruta.
De nuevo vamos a disfrutar de una bajada intensa, aunque corta también por un sendero que nos llevará a la Senda Carrasco a lo Alto del Cerro de la Laguna. La verdad es llevamos solo 11Km y la ruta se va haciendo dura debido al perfil de sierra que presenta y a lo blando del suelo.
Una vez en lo alto del cerro pedaleamos unos 500m llaneando por una pista para de nuevo para llegar la Laguna del Cerro, una preciosa laguna estacional situada en un claro entre el bosque y rodeada por un prado verde que invita a dejar la bici a un lado, sentarse y dar un bocado disfrutando el silencio solo roto por el croar de las ranas, una pasada .
Tras el descansito dejamos la laguna a nuestra izquierda y de nuevo tomamos un sendero estrecho entre los árboles que nos va a hacer disfrutar de verdad.
Viene una bajada por senda con algún trocito más técnico (tampoco complicada algún pequeño escalón de roca) en la que tenemos que estar atentos para evitar que nuestro manillar toque con los árboles o nuestras ruedas se deslicen sobre las enorme cantidad de hojas de pino y pequeñas piñas que cubren el sendero completamente en algunos tramos.
La verdad es que es una bajada muy divertida de casi 1,5 Km que nos hace llegar debajo de nuevo sonriendo. Menos mal que vamos intercalando sonrisas porque ahora nos viene un tramo duro que nos va a cambiar la sonrisa por cada de “estreñios” jajaja, vienen casi 5 Km de subida continuada por pista hasta llegar al Vértice geodésico de Peñablanca.
Es un tramo de pista duro con una pendiente media del 6%. La pista como siempre, es una pista por la que da gusto pedalear debido al entorno por el que transcurre, siempre metida entre frondosos pinares que cubren todo el macizo.
Al llegar arriba lo primero que vemos es una gran torre de vigilancia contra incendios y cerca de ella el vértice geodésico. Un vértice altísimo colocado sobre una estructura de cemento al que se puede acceder por unos peldaños metálicos. Como no, subimos arriba para ver las vistas pero por desgracia, los árboles colindantes han crecido tanto que poco podemos ver.
Bajamos de nuevo, subimos a la bici y continuamos camino.
Como dice el dicho popular, todo lo que sube…. baja, y después de una gran subida lo que toca es una gran bajada, así que a los pocos metros de montar en la bici comenzamos un frenético descenso muy similar a los anteriores pero más largo.
Va a ser una bajada de 2Km que entre los pinares nos va a hacer descender hasta el Rio Garganta a una velocidad de vértigo (bueno, jajaja, la velocidad es la que uno quiera).
Nos sorprende ver que el itinerario está como marcado, con ramas que delimitan el sendero para que no se pierda entre la hojarasca y se pueda seguir con cierta facilidad. También vemos algunas cintas rojas que si duda también se han utilizado para marcar algún track, no sabemos de si una prueba de btt o algún trail, así que ayudándonos de ellos vamos bajando, rápido, disfrutando, incluso vemos un pequeño cartel en el suelo que indica “Precaución, zona técnica”, así que sonreímos todavía más y seguimos bajando.
Es un pequeño tramo donde el sendero presenta un gran desnivel en el que se van enlazado algunas curvas muy cerradas (en un par casi salimos rectos y por orejas) jajaja, pero que se supera sin demasiados problemas.
Finalmente llegamos al Rio Garganta, un pequeño arroyo junto a un prado verde donde aprovechamos para descansar y comprobar lo que nos queda por delante: Los próximos 15 Km sí que presentan un auténtico perfil de “dientes de sierra” que nos llevarán hasta la cima de Sierra Alta obligándonos a superar en este tramo más de 600m de desnivel positivo antes de iniciar el último tramo de descenso.
Estamos a mitad de ruta y la verdad es que se está haciendo dura.
Comenzamos a pedalear de nuevo, ahora por una pista ancha que en aproximadamente 2,5 Km nos saca a una pequeña carretera nacional.
Al salir a la carretera inmediatamente me llamó la atención una enorme roca frente a mi llamada “Piedra del Castillo”, así que “¿habrá que subir no?”. Salimos de la carretera por nuestra derecha y pedaleamos por un senderito que nos aparta de la misma hasta llegar a un canchal. Desde allí va a ser mejor dejar la bici y ascender a pie.
Poco a poco vamos trepando por la roca (no tiene ninguna dificultad si se va eligiendo bien donde poner los pies (si estuviese mojado ya sería otro cantar). Una vez arriba, disfrutamos de las vistas, fotitos y volvemos a la ruta.
Pedalearemos unos 800m por asfalto hasta que veamos salir una pista de tierra ancha por nuestra izquierda con un indicador que reza “Barranco de la Peña Aguda”. Aquí abandonamos la carretera y comenzamos de nuevo a subir otros algo más de 2Km por pista siempre con una pendiente constante y sin descanso alguno. Durante la subida pasamos junto a la Fuente del Tio Helao y decidimos parar a refrescarnos y comer. La idea era llegar a lo alto de Sierra Alta y comer allí pero ya son casi las 15:00 y el hambre y las piernas aprietan, así que aprovechamos lo fresco de la zona y damos buena cuenta del bocata.
Tras la paradita seguimos camino, nos dejamos caer por un sendero que va paralelo a la pista y siempre es mucho más divertido de ciclar y tras 1 Km de bajada de nuevo a sufrir: nos esperan otros 2,5 Km de ascenso sin pausa por una pista algo más desdibujada que va haciéndonos virar de N a SE hasta de nuevo volver a salir a un sendero por el que nos dejaremos caer durante algo más de 1 Km hasta que se convierte en la Pista del Barranco del Portichuelo. El sendero es muy divertido y muy parecido a los anteriores: estrecho, rápido, entre el bosque y con un suelo deslizante debido a la gran cantidad de hojas de pino y piñas que lo cubren, una chulada.
Abandonamos la pista principal por nuestra izquierda (dirección Este) para afrontar el último “diente de la sierra”. Van a ser 2,5 Km con una pendiente media que supera el 8%. Cogemos aire y comenzamos a dar pedales en dirección a “Los Quemados” (pa quemados nosotros, uff, como cuesta ya….) por una pista de tierra ancha en muy buenas condiciones pero que a estas alturas comienza a ser “infernal”.
Por fin, 1,5Km más tarde llegamos a «Los Quemados”, donde nos tomamos un respiro en unas formaciones rocosas bastante chulas que además son el punto donde dejaremos esta pista principal por nuestra izquierda para dar el último empujón y llegar a la cima de Sierra Alta.
Va a ser 1 Km realmente duro, especialmente en sus últimos metros donde la elevadísima pendiente y el mal estado de la pista hacen que al contrario que en otras ocasiones en las que con gran esfuerzo he podido ciclarla la mire desde lejos y piense “a la mierda” jajajaja. Las piernas ya no responden y no voy ni a intentarlo. Así que recorremos las últimas decenas de metros empujando la bici y ya vemos frente a nosotros la caseta de vigilancia forestal y un poco más a la derecha el Vertice geodésico de Sierra Alta (1.856m) y su inconfundible pluviómetro.
Bajamos de la bici, firmamos el buzón de cumbres que cuelga del árbol junto a la caseta y nos damos un pequeño paseo por la cima disfrutando de sus espectaculares vistas sobre la Comarca de Albarracín. Por desgracia vemos que el curioso árbol seco que cada vez que subíamos nos llamaba la atención y fotografiábamos esta tendido en el suelo, seguramente fruto de alguna tormenta.
Descansamos un poco, charlamos con unos excursionistas que llegaban en ese momento y comenzamos por fin, la última y más divertida bajada del día.
Para descender desde Sierra Alta nos dirigiremos por la cima hacia el Oeste (en dirección contraria al vértice geodésico) y desde allí, algo escondido veremos como parte un sendero entre los canchales que puede costarnos un poco de encontrar.
Una vez localizado, nos dejamos caer por el firme pedregoso que al poco se va suavizando para convertirse en un sendero rápido de gran pendiente y difícil de seguir en ocasiones por lo desdibujado que se encuentra entre las hojas de los árboles. El inicio es más recto para empezar a curvear en la parte final. Una bajada chulísima de algo más de 1Km que nos sacará la penúltima sonrisa del día.
Al llegar abajo nos queda remontar un pequeño repecho de unos 300m por un sendero muy bonito, como siempre entre un bosque alucinante para por fin llegar a la bajada final por la senda de las Corralizas Bajas. Es un sendero de unos 2Km de longitud que empieza más tranquilo, que nos invita a dar pedales intermitentemente para ir ganando velocidad a medida que esquivamos algunas piedras y la ladera va ganando pendiente para por fin convertirse en un sendero rápido muy divertido que desemboca en la parte alta de Bronchales, muy cerca del punto de inicio de nuestra ruta.
Como siempre sucede en esta sierra, una chulada de ruta por un entorno excepcional que ya tenemos ganas de repetir.
Riders: Gabi
DESCARGA EL TRACK EN GPX: Bronchales-sendas-sierra-alta
La ruta en Wikiloc: aqui