Si vas a Tenerife no puedes volver sin haber subido al Teide, la montaña más alta de España con sus 3.718m.
Podéis hacerlo en una dura jornada de senderismo de unos 12Km (especialmente por la altura y un desnivel considerable) accediendo por ejemplo por el Sendero 7 del Camino de Montaña Blanca para hacerlo en unas 7 horas, haciendo parada para dormir en el refugio de Altavista, madrugar y subir a la cumbre para ver amanecer o sin parar yendo directamente a la cumbre o bien podéis hacerlo como señoritos, como hicimos nosotros 😀, tomando el teleférico y disfrutando de un paseo de unos 3Km.
ATENCIÓN: te recordamos que para subir al pico del Teide es necesario obtener un permiso previo que puedes conseguir de forma gratuita en la central de reservas online de parques nacionales: https://www.reservasparquesnacionales.es/real/parquesnac/usu/html/listado-actividades-oapn.aspx?cen=2
Te recomendamos que lo saques con cierta antelación ya que solo se tramitan 200 permisos por día y en épocas de mayor afluencia puedes dar por seguro que se agotan.
Al subir te aconsejamos que lleves, por supuesto botas de montaña y también alguna prenda de abrigo en la mochila porque según la época y la hora de subida puede hacer frio (incluso en verano).
Veras que el track que hemos subido contiene dos rutas, la del mirador de Pico Viejo y la del Pico del Teide en un solo track. Es porque las hicimos seguidas ya que la distancia es corta, pero puedes realizar solo una si lo deseas o incluso añadir el tercer sendero del Mirador de Fortaleza ya que no tienes pérdida.
Recuerda que aunque sean excursiones cortas estarás en alta montaña, por lo que puede que la altura te afecte y te canses mucho más de lo normal (y según lo que te afecte 3Km pueden parecerte 9), tengas algún mareo o náuseas o dolor de cabeza. En nuestro caso tuvimos suerte, a mí no me afecto en absoluto y Aurora solo sintió un leve dolor de cabeza pero sí que sabemos de gente que llego a pasarlo relativamente mal. Tómatelo con calma y si te encuentras mal, simplemente desciende.
Vamos allá.
En nuestro caso partimos desde Puerto de la Cruz y nos dirigimos a la estación del Teide por la Orotava.
Durante el camino de subida ya pudimos disfrutar de la llamada por aquí “Panza de burro” pero como íbamos justitos para subir al teleférico de las 9:00 (el horario es de 9:00 a 17:00) no paramos hasta la bajada.
«La Panza de burro» no es ni más ni menos que un inmenso y precioso mar de nubes como nunca habrás visto provocado por los vientos Aliseos que soplan desde el noreste y empujan las nubes contra las laderas de las montañas, produciendo una acumulación nubosa en la vertiente septentrional de las islas hasta una cota aproximada de 1.500 metros de altitud.
También nos quedamos impresionados por la corona forestal del Teide y su magnitud y nos imaginamos por un momento ruteando entre esos pinares con nuestra bici de montaña (volveremos).
Poco después al superar los 2.000 metros de altitud entramos en el Parque Nacional del Teide y antes de darnos cuenta ya nos encontramos en la Estación del Teleférico, situada en la base del volcán.
Al ser a primera hora no tenemos ningún problema para aparcar muy cerca.
Dejamos el coche y directos a la cola. Al llegar ves dos colas distintas, la “general” y la “fast track” que es la nuestra y está destinada a aquellos que compran su billete por Internet. Vale la pena hacerlo, ya que te ahorras un montón de cola y accedes mucho más rápido. Puedes comprar tu ticket en la web oficial aquí: https://www.volcanoteide.com/es
En nada, al ser el primer turno y disponer del billete adquirido por Internet, nos encontramos dentro del teleférico, que nos ascenderá desde los 2.356m de altitud a los 3.555 en algo menos de 10minutos. El teleférico no da mucho vértigo (para los que le tengan un poquito de miedo), por el ejemplo da bastante más impresión el de Fuente Dé.
MIRADOR DE PICO VIEJO
Una vez arriba como la subida al pico es bastante corta y además tenemos el permiso de acceso para las 11 de la mañana decidimos realizar algún pequeño paseo más y visitar uno de los dos miradores que existen bastante cerca del teleférico (El mirador de Pico Viejo -Sendero Nº 12 y el Mirador de la fortaleza – Sendero Nº11) .
Nos decantamos por visitar el de Pico Viejo, al Oeste que dista tan solo unos 800m de la estación del teleférico.
Merece la pena visitarlo ya durante el camino disfrutamos de una excelente panorámica de la cara Sur oeste del parque y desde el mirador contemplaremos el cráter de Pico Viejo con sus 800 m de diámetro y 3.104 m de altitud cuya última erupción data de 1.798.
El camino es un camino empedrado sin mucho desnivel, con algún corto repecho empinado y relativamente fácil de andar, aunque te aconsejamos llevar el calzado adecuado (nos cruzamos con alguna señorita con sandalias y no queremos saber cómo tendría el dedo gordo del pie al final de la jornada).
La verdad es que el paisaje impresiona ya que en nuestro caso no habíamos visto nada similar (si algo nos está encantando de Tenerife es que es todo un mundo reducido en una pequeña isla con ambientes y parajes totalmente diferentes a escasos kilómetros unos de otros).
Tras llegar al mirador, fotitos de rigor y vuelta por el mismo camino a la estación del teleférico.
PICO DEL TEIDE
Aprovechamos para entrar al servicio, tomar un café (de máquina infernal) y descansar un poquito para hacer tiempo y dirigirnos a nuestra hora al control de acceso del sendero de acceso al pico del Teide llamado Sendero nº 10 – Telesforo Bravo.
Aquí debes mostrar el permiso de acceso junto al DNI y los agentes del parque nacional amablemente comprueban que figuramos entre los solicitantes del permiso y nos dejan pasar.
El camino a recorrer apenas supera los 600m pero tiene un desnivel considerable (casi 180m en esa pequeña distancia).
El sendero comienza con unos escalones para luego ir retorciéndose en pronunciadas curvas y zig-zags hasta llegar cerca del pico. En ocasiones la pendiente es realmente elevada y casi invita a gatear 😀
En la parte final del ascenso al pico nos sorprende un olor desagradable, que al principio nos recuerda como al de agua estancada en mal estado o huevos podridos, pero que luego relacionamos con el azufre, y así es, tan solo un poco más adelante vemos el cráter, de unos 80m de diámetro, de color más blanquecino con alguna fumarola movida por el viento (he aquí el misterio del olor).
Bordeamos el cráter y llegamos al punto más alto de nuestro país con sus 3.718m de altitud.
Desde lo más alto, al dirigir la vista hacia el Norte, vemos que sigue allí el inmenso mar de nubes.
Tomamos nuestras fotitos de rigor para dejar testimonio de tamaña hazaña y emprendemos el descenso por el mismo camino.
A media bajada nos cruzamos con un agradable agente del parque que subía a realizar una revisión y charlando con él nos cuenta amablemente varias curiosidades, como que la última erupción registrada en Tenerife fue la del volcán Chinyero, en noviembre de 1909, que el parque nacional tel Teide es el segundo parque nacional más visitado del mundo tras el de Yellowstone en USA o que el volcan se calcula que llegó a superar los 7.000m de altitud hace 150.000 años y que el actual Teide es el resultado del derrumbe y deslizamiento del edificio volcánico del anterior gigante. Así se formó así la caldera de Las Cañadas, de la que hoy es visible parte de su pared ya que fue siendo rellenada por los materiales procedentes de las erupciones del Teide que creció en su interior.
Pero lo más sorprendente si cabe es que nos advirtió que debemos tener cuidado con nuestras mochilas y cámaras ya que en el parque se cuelan maleantes campo a través que aprovechan cualquier despiste para robar carteras, cámaras o móviles, así que ya sabes, si no quieres que te arruinen las vacaciones vigila tu mochila 😉 , aunque también nos indicó que ultimamente la cosa está más tranquila debido a la mayor vigilancia.
Al llegar abajo solo nos resta volver a subir al teleférico y emprender el descenso hasta la estación inferior.
La verdad es que ha sido un verdadera chulada y vale mucho la pena visitar el Teide.
Ya de regreso con el automóvil y sin prisa paramos algunas veces para disfrutar de los diferentes paisajes que nos ofrece tan fantástica montaña, como por ejemplo la Montaña de mostaza, las Minas de san José y su arena amarilla o detenernos a admirar el Teide asomando tras la corona forestal y por supuesto paramos para admirar el inmenso e increíble mar de nubes que siempre permanece a sus pies.
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