Ezkaurre es una montaña única en su clase, por una parte en su zona superior encontramos la segunda extensión de lapiaz más importante del Pirineo (la primera es el macizo de Larra en el Valle de Belagua). Por otro lado, su cara este, es una muestra de plegamiento alpino más salvaje, con unos acantilados de proponciones colosales.
En nuestro caso salimos de Isaba en dirección a Belagua y a 3 km cogemos la carretera a nuestra derecha en dirección a Suriza. En aproximádamente unos 12 km llegamos al collado de Argibiela que marca la separación entre Navarra y Aragón. Dejamos el coche en el rellano que encontramos allí y descendemos unos metros en dirección Suriza, a la derecha veremos un camino con marcas rojas y blancas del GR-11.
Al poco tiempo no metemos en un hayedo y el camino se convierte en senda y empieza la subida que ya no parará hasta la cumbre. En un momento dado vemos unos hitos a la izquierda que ignoramos, prosiguiendo la subida cada vez más empinada por medio del hayedo.
Aproximádamente, al cabo de una hora (evidentemente depende del paso de cada uno) la cuesta se suaviza y gira a la derecha llegando al collado de Abizondo donde giramos a la izquierda. Al poco tiempo nos llevamos una sorpresa mayúscula pues pasamos de una densa vegetación donde apenas es capaz de entrar el sol pasamos a encontrarnos en una montaña de roca caliza sin ningún tipo de vegetación excepto unos poco pinos negros a la izquierda.
Me quedan 400 metros de gran desnivel que me hacen dudar, pero me hago el ánimo y continuo la subida por un camino marcado en la roca, básicamente es una fisura que asciende en diagonal con trozos de piedra suelta y mirando siempre hacia arriba siguiendo las marcas del GR.
Por fín llegamos a la parte final, donde la pendiente se suaviza y siguiendo los hitos atravesamos algunas dolinas o simas, alcanzando la cumbre donde es realmente sorprendente la vista de losas de piedras puestas en pie en las fisuras por los montañeros que han llegado hasta aquí y que configuran un paisaje especial.
Un poco más arriba llego al vértice geodésico, desde aquí continuo unos minutos más hacia la izquierda hasta llegar al borde este. El panorama es extraordinario, un mirador que nos permite ver el enorme tajo de 1000m de desnivel que el río Veral ha tallado.
Lo que más impresiona es ver al frente el Cortado de Espelunga (2114m), perteneciente a la sierra de los Alanos. También diviso el camping de Suriza donde estuve el año pasado y tras de recrearme con las espectaculares vistas emprendo el descenso por el mismo camino, totalmente satisfecho de haber conseguido coronar esta montaña.