En mis correrías por la Sierra de Guara fuí a ver el Salto de Roldán, subiendo a la Peña San Miguel.
Para hacer esta ruta desde Huesca por Apiés vamos a Sabayés, llegado allí giramos a la izquierda hacia Santa Eulalia de la Peña. Antes de llegar allí giramos a la derecha ya a la vista de la peña.
Llegamos al parking, y desde allí un camino bien señalizado nos lleva a la base de la peña. Desde allí me hice el ánimo, pues da un poco de vértigo para superar los tramos más dificultosos que están equipados con cadenas, grapas, escaleras y clavijas.
Una vez arriba las vistas son espectaculares, decenas de buitres nos acompañan. Tenemos a la vista la Hoya de Huesca, los restos del Castillo de Sen y de la Ermita de San Miguel del S-XII.
Enfrente vemos la Peña Amán de la que nos separa el precipicio por el fondo del cual transcurre el río Flumen.
Cuenta la leyenda que cuando Roldán después de fracasar en la conquista de Zaragoza se retiraba a Francia, fue rodeado por los árabes en la Peña Amán. Roldán para liberarse de sus perseguidores espoleó su caballo que de un salto alcanzó la peña de enfrente, dejando marcadas sus huellas en la roca. El caballo murió por el esfuerzo. Desde la Peña de San Miguel, Roldán continuó su huída a pie, pero no llegó muy lejos ya que cayó en Ordesa, cerca de la frontera de Francia, momento en que lanzó su espada «Durendal» abriendo la famosa Brecha de Roldán, que le permitió ver su tierra antes de morir.
Después de relajarnos con estas vistas, con mucha precaución emprendemos el descenso sin peligro, poniendo mucha atención en no resbalar.