? ATENCIÓN , aunque veas que la ruta tiene un kilometraje corto (son solo 26Km) es una ruta bastante dura y sobre todo una ruta en la que debes ser consciente de que como mínimo vas a tener que portear la bici cerca de una hora y media (media a ratitos y una del tirón), así que solo te aconsejamos que la realices si realmente te gusta esto del “bici-montañismo”. Si es así, esta es una ruta sin desperdicio, con unas sendas y unas vistas increíbles que sin duda te va a encantar.
Esta crónica la vamos a comenzar con un pequeño trailer de la ruta.
Si te gusta lo que ves… sigue leyendo ?
Prólogo.
En ocasiones anteriores había ido haciendo aproximaciones a la zona: primero Ayora, luego Jalace y Jarafuel, más tarde acompañado de Rubén decidí ir a comprobar si era factible lleva ra cabo un buen rutón por Jalance y Los Cañones del Jucar (que todavía tengo pendiente de revisar y que de momento solo se podrá hacer en épocas en las que el rio no vaya tan crecido jejeje… ¿verdad Ruben?).
Realmente la zona es increible y un día comentándolo con el abuelete de 3enruta y de manera resumida esto fué lo que sucedió:
– «Papa, la verdad es que la zona de Jalance y Cofrentes es preciosa, llena de sendas y unas vistas de 10»
– «Pues si todavía no has ido a Cortes de Pallás, deberías ir (fué su respuesta).»
Así que dicho y hecho, comencé a dar un buen vistazo a los mápas topográficos de la zona, las ortofotos, al wikiloc … ya tenía casi una rutita diseñada, parecía que iba a estar bien, cuando de repente, buscando información me tope con un vídeo de un sendero A-CO-JO-NAN-TE ?.
Se llamaba la Senda de la Cortada (luego vi que también se la conoce como la Senda de Cavanilles). Tenía que ir ahí como fuese, y además conocía un grupete de bikers a los que les iba a molar el tema y si no… siempre podría engañarlos.
Al ver aquella senda olvide el track que estaba diseñando y comencé con uno nuevo, teníamos que bajar esa senda, solo faltaba ver cómo llegar hasta allí para hacerlo.
Mientras miraba aquí y allá, fui encontrando información de rutas y sendas que transcurrían en altura junto al Cañon del Jucar, que pintaza, YA LO TENÍA saldríamos desde Cortes y haríamos un primer bucle, pedaleando por el GR-7 hasta las cercanías del Puntal de Sácaras, volveríamos por la Senda de los Cintos hasta Cortes y desde allí de nuevo por el SL V13, nos dirigiríamos a realizar un segundo bucle subiendo a la Muela de Cortes por el Paso de la Franca y bajaríamos por el objetivo real de la ruta: La senda de la Cortada o Cavanilles.
Solo había un problema/duda: por más y más que buscaba (revisé wikiloc de arriba abajo, busque en blogs, pregunte a algún biker que había estado por la zona (Gracias Antoni Lo por aguntarme.) no localizaba ninguna ruta de btt que subiese por el paso de la Franca, todos lo hacían dando una vuelta infernal de casi 20Km por pista asfaltada (ahora que tenía medio engañados a mis amigos no les podía hacer pedalear semejante cantidad de recorrido por asfalto ya que me arriesgaba a ser apartado del grupo indefinidamente, menudo grupo de energúmenos son estos si les haces pisar alquitrán.) así que SUBIRÍAMOS POR EL PASO DE LA FRANCA (y quizá tendríamos el honor de ser los primeros bike-tarados que lo hacían por allí, todo un orgullo ?).
Comencé a informarme, tracé el track sobre la cartografía y … menudo desnivel (450m en menos de 4Km). De ahí pase a buscar información visual en videos y blogs y vaya, había pasamanos de cadena y todo ? la cosa prometia jajaja. Definitivamente subiríamos por allí, según mis estimaciones solo nos costaría una horita de agradable paseo con la bici al hombro.
El track estaba listo, parecía brutal, así que se llamaría «The brutal track»… ahora a por los invitados. Tenía el grupo de amigos perfecto para asistir al evento, un grupete de welos descerebrados, de esos a los que estas cosas en lugar de hacerles huir les atraen como la miel a las moscas.
Grupito de Whatsapp, invitaciones, y pocas dudas, vamos si o sí.
– ¿Qué fecha?: Sábado 22 de diciembre
– ¿Cuánto durará la ruta?, así por encima calculo que si salimos prontito (6:30 desde Alcoy) estaremos tarde a comer (sobre las 15:00) –> Todavía me estoy riendo ???.
– Perfecto, ¡hecho!, seremos Jordi C., Lluis, Raul, Rubén, Victor y Yo, buena panda ?.
– ¡Mierda!, el sábado 22 tengo guardia, ¡imposible!. Rápidamente hablo con un compañero de trabajo, por favor, por favor, por favor Kike, necesito que me cubras el sábado por la mañana hasta las 15:00. ¡Hecho!
A las 6:30 de la mañana estábamos puntuales en el punto de salida de Alcoy. Solo quedaba decidir por dónde íbamos hasta Cortes de Pallás: ¿Ayora?, ¿Buñol?.
Victor optaba por Buñol, Rubén y yo por Ayora, finalmente decidimos Ayora (esto va a dar mucho juego en el futuro eh jajaja.). Tras llegar a Cofrentes desde Ayora encontramos un tramo infernal de carreterilla que no debe tener la categoría ni de comarcal y tras cientos de curvas y saludar a unas cabritas (que no cabroncetes) llegamos a Cofrentes tardando algo más de lo esperado.
Al llegar, el señor Victor declara tener la barriga vacía a lo que Jordi asiente rápidamente (estos tíos que no desayunan al levantarse no deben ser de fiar) y decidimos entrar a un bar para tomar algunos unos cortados y otros unos bocadillos.
En mi mente salta la primera alarma (mmm, estamos retrasando mucho la salida, va a haber que apretar para llegar a las 15:00 a casa).
Finalmente pasadas las 9:30 comenzamos a dar pedales mientras pienso «bueno es solo una hora de retraso seguro que podemos recortar algo de tiempo apretando un poquillo y siempre puedo darle una llamadita a mi compi y suplicarle que me cubra media horita más».
Vamos allá
Iniciamos la ruta desde un parking situado a la entrada de la población y comenzamos a dar pedales (omitiré la parada del bar antes mencionada) hacia el Oeste, ascendiendo por las calles de Cortes de Pallás en busca del GR-7 por el que iniciaremos la ruta.
Vamos pedaleando por el casco antiguo por unas callejuelas cada vez más estrechas cuando de repente, frente a nosotros, hay un coche/furgoneta parado que nos bloquea el paso junto al que un alegre señor descarga aparejos de pintura.
Sin más, saludo, calculo visualmente el espacio disponible, levanto la rueda delantera de la bici giro mi manillar y ggniiiiiiiiic (no os asusteis es el ruido del caucho rozando con el coche, no he rayado nada) consigo pasar. Me giro y veo a Lluis, intentándolo pero nada, no hay manera, su manillar más ancho que el mío se encaja entre la pared y el coche. Mientras tanto el señor sonriente no deja de sonreir pero tampoco está por la labor de intentar mover un poco el coche, solo emite una frase “Por ahí arriba hay otra calle por las que se puede pasar»… manda huevos.).
Tras un “vale, nos vemos a la entrada de GR» yo sigo camino mientras mis compañeros dan la vuelta. Llego donde iniciamos el track y salta la seguna alarma spidermaniana “mierda, llevo mas de 10 minutos aquí y no llegan, en lugar de recortar tiempo vamos añadiendo”. Apenas un poco más tarde por fín aparecen mis colegas y seguimos ruta.
Iniciamos el camino por una pequeña pista/camino cementado que nos va ascendiendo poco a poco hasta llegar a una carreterilla asfaltada en la que ya vemos las marcas del GR-7 y por la que apenas pedalearemos algo más de 1,5 Km.
Mientras vamos pedaleando dejamos atrás una preciosa vista de Cortes de Pallás presidida por la imponente mole de piedra que conforma la Muela de Cortes, a la que tendremos que subir más tarde por el (temido) Paso de la Franca. Creo que recodar que es Jordi quien exclama “¡Osti*, mirad los muretes de piedra del sendero por el que bajaremos, como mola!”.
Así es, una sucesión de «Zetas» dibujan el espectacular sendero, motivo principal por el que nos encontramos aquí. Miro a los compis y veo cómo se van dibujando unas sonrisillas en sus caras. La cosa empieza bien.
Sin darnos cuenta llegamos al inicio del sendero por el que transcurrirá ahora el GR-7 y comenzamos a disfrutar de verdad de la ruta.
El sendero comienza a descender en una sucesión de tramos bastante variados, algunos más técnicos y pedrolencos y otros con un firme mucho más amable y floweros.
La cosa mola, siempre que haces una ruta por primera vez, por senderos y desconociendo el terreno, tienes la duda de si será razonablemente ciclable o no y la preocupación (sí, no miento, también me preocupan mis colegas) de si se puede convertir en una emboscada infernal y al final se irá la ruta al traste o todo saldrá bién.
De momento todo va viento en popa, nos estamos divirtiendo y estas sendas molan, una gozada, solo veo sonrisas y a todos nos está gustando, esto va de marvilla y de ahora en adelante SOLO VA A MEJORAR.
De repente se oyen los primeros “ohhhh!”, y con razón, a nuestra derecha, allí abajo, vemos el embalse de Cortes encajado entre las paredes del cañón, y frente a nosotros el Castillo de Chirel colgado de ellas, la panorámica es preciosa.
Fotos y seguimos descendiendo por el sendero, siempre colgados de la pared, siguiendo las curvas que dibuja el acantilado junto al rio y, de repente, vemos a Jordi y Victor parados delante de nosotros. ¿Qué pasará?.
Giramos una curva pegados a la pared de roca y nos percatamos de que no pasaba nada, nada excepto que las vistas son ahora todavía más bonitas y se están deleitando con ellas: ¡Waw!, ahora tenemos toda la extensión del cañón y el rio frente a nosotros. Es reamente bonito.
Más fotos y seguimos pedaleando y dejándonos caer por un tramito algo más técnico que ya empieza a mostrar pequeños repechoncitos.
Vamos superándolos poco a poco (en alguno toca bajar de la bici y dar algún empujón) en otros lo hacemos perfectamente sobre la bici y volvemos a encarar alguna bajadita chula y divertida cuando de repente oigo un chasquido y «clac», «cadena a fer la mar» que decimos en mi pueblo.
Menos mal que llevo un equipo de mecánicos digno del mejor paddock de la F1 y pim,pam, pim, pam, en 15 min cadena arreglada y seguimos marcha (tercera alarma del día… 15 minutos más parados, aquí no recortamos nada, la cosa va creciendo, glups!.)
Nos reencontramos con Jordi y Lluis que nos esperaban delante y seguimos ruta, la verdad es que la ruta no tiene desperdicio.
Aproximadamente en el Km 7 de ruta el sendero se convierte en una pista de tierra medio desdibujada y se separa un poco del borde del cañón, por lo que dejamos a ratitos de disfrutar de la preciosa panorámica del rio al tiempo que comenzamos a subir de manera constante (quizá esta sea la parte menos espectacular de la ruta, aunque en absoluto tiene desperdicio, el paisaje, con las moles de piedra que nos rodean sigue siendo fabuloso).
Hasta aquí, en teoría, hemos recorrido la parte más fea de la ruta, si, es preciosa, pero es la parte más fea. En nuestro camino de vuelta vamos a disfrutar de las mismas vistas pero desde una cota de altura de entre 100 y 200 metros superior con lo cual todavía será más increible el paisaje que tendremos ante nosotros.
La pista va virando en dirección Sur y nos aleja del cañón para más o menos en el Km 8 ofrecernos el primer plato fuerte del día.
Frente al “Monument Valley valenciano» (en palabras de Lluiset), vamos a abandonar la pista para tomar un sendero por nuestra izquierda que nos va a hacer apretar a base de bien las piernas para superarlo y llegar al cinto o faja situada en un nivel de altura superior por el que regresaremos hacia Cortes.
El sendero se deja subir casi en su totalidad, con algún pie puntual y un pequeño empujón en la parte final, aunque te deja las piernas “calentitas”. Esta vez somos los “escaladores” (Rubén, Lluís y yo) los que llegamos primero para disfrutar de nuevo de unas vistas increíbles.
Esperamos a los compis sacando fotos y de nuevo «waws’» y «ooooh’s» al llegar y reagruparnos. Frente a nosotros tenemos unas vistas preciosas y un sendero acojonante que va pegado a la pared de roca, como hemos mencionado antes entre 100 y 200 metros más alto que por el que hemos venido, una aunténtica chulada.
Jordi le da un ojo al mapa de vuelo del dron y, no, todavía no se puede, la zona de vuelo está restringida debido a la central nuclear de Cofrentes.
Aquí empiezo a ponerme algo nerviosillo, no se qué puede depararnos la senda, no había apenas rutas que pasasen por aquí en bici. El cinto inferior era un GR, se supone que esa calificación le da al sendero muchas más posiblidades de encontrarse en buen estado y mucho más «pisado» que uno que no lo es.
Este no tiene calificación alguna, en la cartografía, simplemente es un sendero, y me preocupa que en lo escarpado de la zona se torne “inciclable” pero claro, esto no se lo voy a decir a los compis ??.
Comenzamos a pedalear y pronto de disipan mis temores, es casi igual o más ciclable que el cinto inferior por el que hemos venido. Nos quedan por delante unos 6 kilómetros de escándalo.
No, no esperéis una sendas para tiraros a saco, bajar escalonacos o hacer saltar piedras en cada curva. Es una senda tranquila, que llanea, con sube-bajas, casi más bien sube que baja, con pequeños porteitos intermitentes… pero de esas que saca la esencia de lo que es el amor a la montaña (si lo tuyo no es la bici también te animamos a venir aquí de pateo).
Durante todo el camino de regreso a Cortes vas a disfrutar de unas vistas únicas, al borde del precipicio, con el Jucar a tus pies, el castillo de Chirel allí colgado, casi a tu misma altura, avanzando entre una vegetación frondosa y con unas paredes de piedra a tu derecha que te van a recordar en todo momento lo minúsculo que eres, pero que al mismo tiempo te hacen sentir grande y feliz (esto me ha quedado bonito de verdad ¡eh!).
Hay un momento en que Lluís nos da un susto de “muerte” literalmente hablando, no sabemos cómo cae hacia su izquierda y queda atrapado ahí entre unas matas, menos mal que ha sido aquí, esto en algún punto unas decenas de metros atrás…. Ufff.
Seguimos camino y poco después hacemos una pausa mientras Jordi se adelanta para sacar su pajarillo (no penseís mal, se trata de su inseparable dron) y realizar una toma aérea mientras vamos avanzando por el sendero).
Oímos el zumbido del dron, vemos a Jordi gesticulando a lo lejos (bueno, también lo oímos llamarnos a la manera de nuestro grupo, pero mejor no pongo por aquí los detalles jajajaja) y seguimos camino.
La verdad es que “el pajarraco” ha elegido un buen lugar para grabar, menudas vistas. Pasamos junto a Jordi y seguimos pedaleando por la fantástica senda para parar tras la siguiente curva a esperarlo, algunos tomar un bocado y reagruparnos.
Aquí mientras descansamos decido pisarle a Raul el pié que traía semi-lesionado de una fuerte caída de la semana anterior. Que nooo, que no soy tan mala gente raulete, juro que fue sin querer.
Al llegar Jordi, reemprendemos camino, que es siempre igual de bonito, acometemos un par de empujones, un par de buenas bajaditas, y poco a poco nos acercamos al final del cinto que cara arriba desemboca en una pequeña carreterita asfaltada.
Ha sido una gozada, una senda preciosa que recomiendo recorrer a cualquiera que le guste la montaña, ya sea en bici, andando, corriendo o a la pata coja, y lo mejor de todo es que he disipado la segunda duda del día, el camino estaba perfecto, no ha habido emboscada, al final mis compis van a confiar en mí y todo ?.
Al llegar a la carretera nos espera una bajadita por un sendero corta pero intensa, de lo que suelen llamar “turronaco”. Esta sí que es de protecciones y al tema. Nos proteccionamos y comenzamos a descender. Se van sucediendo piedras, curvas y escalones (en alguno, como no, me entra la flojera y descabalgo) mientras veo que alguno de mis compis inconscientes los pasan sin más.
Pasamos junto a las ruinas del Castillo de Ruaya y seguimos bajando, el sendero es cañero y divertido al mismo tiempo, guapo, guapo, lastima que sea algo corto y pronto nos deje en la carretera asfaltada.
Aquí vemos que la senda sigue bajando hacia el barranco del Arroyo de Cortes y decidimos variar el track original bajando por ella en lugar de llegar a al pueblo tal y como había marcado en el track planificado.
¡Bien!, es la primera vez que parece que vamos a recortar un poco, el reloj sigue martilleándome en la cabeza y veo que voy realmente justito para llegar a tiempo a cumplir mis obligaciones laborales, la cosa va a estar al límite.
Vamos por la senda que hemos tomado en busca del track original cortando por lo que parece ser una zona de huerto con una acequia, empujamos en algún pequeño repecho y bién, estamos de nuevo sobre el track planificado.
Rubén y yo vamos delante y Raúl nos sigue de cerca. Paramos a esperar al resto de compañeros pero parece que no llegan, 5 minutos, 10, 15…. miro el reloj y me empiezo a poner nerviosillo. Raul nos dice que «se estaban quitando las protecciones» (estos en la Edad Media con las armaduras de metal lo hubiesen tenido chungo… «espera que voy a quitarme la armadura…. 2 dinastías más tarde….»).
Miro el reloj y son las 13:30, nos queda senda por delante (teóricamente ciclable),el porteo de la gran muerte (que había estimado en 1 hora), algo de llaneo y el bajadón (mínimo 15 min de bajada), sumo y ya no me salen las cuentas, si acaso, muy justitas. Seguimos sin ver a los compis, así que con el beneplácito de Raúl acordamos tirar por nuestra cuenta Rubén y yo (a él tampoco le va bien del todo llegar muy tarde) y Raúl se queda a esperar al resto para ir más tranquilos.
Vamos, go, go,go!… partimos Rubén y yo metiéndole buen ritmito a la cosa, el buen ritmito que se le puede meter a un sendero que por desgracia es menos ciclable de lo que pensaba. Estaba totalmente confiado en que la senda nos dejaría avanzar más hacia el Sur por el interior del barranco sin necesidad de bajar de la bici, pero no, tras un ratito inicial de pedaleo, cruzar un puentecito de madera y pasar junto a una cuevecilla (Cueva del Tejedor) nos encontramos con una “casi-pared” delante. Miramos alrededor y no, no hay otro camino y además el indicador de PR nos señala este camino.
Así que no hay otro remedio, bici al hombro y a “escalar”. Bueno, realmente lo de “escalar” es un poco exagerado pero, vaya tela, toca hacer un buen esfuerzo para subir por ahí (encima tengo los hombros jorobados gracias a mi pericia como novato en el gimnasio, con lo que cada empujón me da un pinchazo la mar de agradable jajaja). Estamos subiendo y de momento Rubén exclama “Ostras, si el sendero va por ahí abajo”.
Y si, así parece ser, frente a nosotros en la otra orilla del lecho seco del riachuelo ,desde aquí arriba, vemos claramente un sendero que parece mucho más amable que este por el que estamos TREPANDO, ¡¡¡MENOS MAL!!!.
Bajamos hacia allí rápidamente y mientras estamos llegando a puentecito de madera anterior (desde donde parece partir el sendero que hemos visto) llegan el resto de compañeros. ¡Bién, otra vez todos juntos!, nos reagrupamos y seguimos camino.
Un poco de pedaleo, un poco de “empujing”, más pedaleo y …. MIERDA, esto no tiene salida!.
Nos encontramos en un paraje precioso, ahora no cae agua por sus paredes, pero en momentos en los que lo haga debe ser formidable. Es un pequeño circo de piedra con altas paredes de roca esculpidas por el agua que dibujan unas formas flipantes… ¡si, precioso pero SIN SALIDA!.
Mientras admiramos el paisaje/nos cagamos en todo a partes iguales se oye una voz que dice “mira, hay una vía ferrata, si eso…” miro y si, allí está , la vía ferrata equipada con una cadena y los típicos peldaños de hierro forjado pero no, jajaja, creo que va ser demasiado incluso para este grupo aunque seamos los bikers más grandes de todos los tiempos jajaja.
No hay más remedio, toca retroceder y volver a trepar por el tramo anterior. Aquí sufro un serio momento de lucha mental interna, ya no es que salte una alarma spidermaniana, aquí ya estoy en DEFCON 1 y dentro de mi cabeza están todas las sirenas en marcha y un megáfono malvado gritandome “melooooooooon, no llegaaaaaaaaaaaaaaaas muahahahaha, muaaaaaaahahahahaaaaa….”.
En este tramo de apenas 1 Km nos hemos retrasado casi media hora más y son las 13:30. Queda volver a trepar la pared, algo más de camino, ascender hasta el paso de la Franca (al que sin conocerlo estimo cerca de 1 hora de porteo), llanear un poco y bajar, muy muy muy justo lo veo para llegar al coche antes de las 15:00 (nótese que ya he cambiado llegar a casa por llegar al coche ?).
Miro a Rubén, también parece escéptico y dice: “tú decides”.
Lamentablemente lo tengo claro, no llegamos ni de coña, hay que ser racional y serio… SEGUIMOS ADELANTE, habrá que meterle caña, pero ya que hemos llegado hasta aquí no puedo quedarme sin ver el motivo por el que lo hemos hecho: la bajada por la Senda de la Cortada.
De nuevo acordamos que Rubén y yo iremos delate metiéndole gas al tema para intentar llegar a tiempo al coche y Jordi, Lluis, Raul y Victor irán en otro grupo con un ritmo más sosegado.
Volvemos tras nuestros pasos y de nuevo encaramos el porteo del paredón tras cruzar el puentecito, ufff, que desnivel, mis corto-patas sufren para subir con la bici al cuello la suerte de escalones que forma la roca y a mis doloridos hombros les cuesta levantar la bici por encima de la cabeza y por segunda vez, más que la primera ?.
Al llegar arriba aparece un pensamiento sombrío, «si este tramito corto es tan intenso… no quiero saber cómo será el tramo final del Paso de la Franca que está equipado con cadenas según las fotos que he visto, si hay cadenas, por algo debe ser» ?.
Superado el tramo conseguimos ir avanzando a un buen ritmo, a veces sobre la bici a veces empujando un poco, pero se lleva bien.
Frente a nosotros tenemos “La Ventana del Águila”. Su vista nos acompañará durante casi toda la subida. Es una especie de arco de piedra espectacular que parece servir de columna de apoyo a la increíble muela que a la que debemos ascender.
Un kilómetro más tarde ya no es posible avanzar en absoluto sobre la bici. El sendero va ganando pendiente y el firme cada vez es más irregular por lo que toca bajar de la bici y comenzar a empujar.
El sendero va virando hacia el este y de momento… GLUPS!, menuda sucesión de Zetas se ve allá arriba!
Ahora veo que era cierto, nadie nos va a librar de esa hora de porteo. En todos los tracks de senderismo aparecía como una ruta de dificultad “moderada” que traducido a ciclismo + bici al hombro se convierte en “difícil” o «muy dificil».
Toca coger aire y comenzar el ascenso. Empezamos con ganas, paso a paso vamos acercándonos a las “zetas”, parecen estar ahí mismo pero cuesta más llegar de lo que esperábamos, la subidita es dura y más si vas con prisa, pero nada que dos valientes bikers curtidos en mil batallas no puedan superar (o si). Por fin llegamos a las zetas y curva tras curva vamos superando el desnivel, la verdad es que es agotador, y las piernas ya empiezan a estar castigadas. Seguimos caminando 10,9,8,7, ¡última zeta!, ya falta menos.
Tras la última zeta encaramos el tramo de sendero equipado con pasamanos de cadena, conocido como “El paso de la Franca” que nos lleva pegados a la pared de roca hasta la cota de los 720m de altura (esta ascensión la comenzamos en el puentecito de madera a unos 450m). La verdad es que no es tan complicado ni mucho menos, ya podían haber colocado el pasamanos en la subida tras el puentecito del arroyo en lugar de aquí ?.
Cuando parece que ya lo tienes hecho, giramos a nuestra derecha y vemos que todavía queda un buen tramo de subida, uff, pero no hay otra, apretamos los dientes y adelante.
300 metros más tarde estamos en la parte superior de la muela a más de 800m de altura.
El último kilómetro de ruta, justo desde antes de las zetas se ha hecho realmente duro, hemos superado más de 200 metros de desnivel con una pendiente media de más del 20% con la bici dándonos collejas en la nuca y encima con prisas, jajaja, no ha estado nada mal.
Una vez arriba respiramos aliviados, miro el reloj, son las 14:45, la cosa pinta mal, pero no va a ser grave ?, nos queda bordear la gigantesca balsa de la muela y encarar la bajada.
La balsa es increíble. Nos acercamos a ella por un sendero de lapiaz, roto y pedregoso que aunque prácticamente llano presenta una ligera pendiente positiva que te obliga a trabajar a base de bien.
Al irnos acercando a la balsa vamos asimilando la magnitud de la misma. (A posteriori me he enterado de que es la mayor central de bombeo de Europa)
Con una potencia total de 1.722 MW es capaz de atender la demanda eléctrica a medio millón de hogares y evita la emisión anual de dos millones doscientas mil toneladas de dióxido de carbono.
El sistema eleva el agua durante la noche desde la presa de la Muela hasta la balsa de Cortes de Pallás, cuando la demanda energética es menor, y se devuelve durante el día generando así energía cuando la demanda del sistema es más elevada
La balsa está rodeada por una enorme base de piedras (que forma parte de su propia estructura) y de hasta 3 vallas de seguridad en algunos tramos.
La vamos rodeando por una pista de tierra creada para tal efecto, para en su cara Nor-oeste abandonarla por una nueva pista que se dirige a unas antenas de telefonía, pista que abandonaremos en tan solo unos metros para tomar una senda por su derecha.
No hay pérdida. Veremos un panel indicar de la “Senda de la Cortada” y frente a él el inicio del sendero.
Son las 14:55, llamo al compañero que me está cubriendo la guardia y le pido que me cubra 15 minutitos más, no hay problema. Perfecto, al final no la voy a liar parda :D.
Nos proteccionamos, mini descansito y… empieza una de las bajadas que deben catalogarse como “inolvidables”.
La senda de la Cortada es un antiguo camino de herradura y prácticamente desde el primer momento encuentras un sendero empedrado con curvas retorcidas que nos harán bajar rápidamente hacia la población. Aunque esta casi todo empredrado encontrarás algunos pequeños tramos más técnicos donde la desaparición del «enlosado» ha dejado al descubierto el suelo que debido a su enorme pendiente se encuentra escalonado o con pasos más técnicos.
Se empieza fuerte, con un monton de curvas enlazadas y cerradas que Rubén va pasando una tras otra con su impecable “técnica eslovaca”, yo soy bastante más torpe y digamos que voy superando una de cada dos ?.
Las vistas son brutales. Por una parte quieres parar a disfrutar de las vistas pero por otra quieres seguir sobre la bici sin detenerte, sin estropear semejante bajada, y las dos cosas son imposibles de hacer al mismo tiempo si no quieres salir volando al vacío jajajaa.
Tras la primera sucesión de curvas hacemos una mini paradita para tomar unas fotos y gozar de la excepcional panorámica que tenemos con el embalse de cortes a nuestros pies.
Tras la pausa, que nos viene fenomenal para descansar piernas y brazos del constante traqueteo de la senda empedrada seguimos camino, ahora por una larga recta que a tramos transcurre sobre una cornisa de piedra preciosa.
Este tramo es bastante más cómodo y te permite descansar un poco, pero pronto volveremos a una sección conocida como el Paso de la Cortada donde encontraremos una nueva serie de lazadas espectaculares, incluso más pronunciadas que las anteriores, algunas son tan cerradas que incluso Rubén, es incapaz de pasarlas sin poner pie a tierra.
Curva a curva finalmente llegamos a una pista cementada primero y asfaltada más tarde que nos devolverá a la población de Cortes de Pallás: ¡ha sido brutal!
Al llegar abajo son las 15:20, jur,jur, le digo a mi compi que listo, que muchas gracias por cubrirme (ufff, por los pelos).
Rubén y yo decidimos que es casi mejor comer algo que montar en el coche, emprender el camino de vuelta y hacerlo en casa ya que son casi 2 horas de trayecto y parece que tengamos en tigre de bengala dentro de las tripas de los rugidos que emiten ?.
Vamos al coche, nos cambiamos la camiseta rápidamente, cojo mi portátil y vamos raudos al bar donde tomamos el cortado al inicio de la jornada. Mientras nos preparan el bocata reviso mi correo, ¡todo perfecto!, y aparece ante nosotros el bocadillo de tortilla con longanizas más grande y más bueno que hemos probado en nuestra vida (o eso o teníamos muchiiiiiiiiiisima hambre).
Mientras zampamos como si no hubiese un mañana vemos en el Whatsapp live que Jordi, Victor, Lluis y Raul están ahora por la zona de la Balsa e imaginamos la cara de satisfacción que se les va a quedar al llegar a la Senda de la Cortada.
Ha sido un día fantástico, de los inolvidables, ahora solo queda decidir por donde volver a casa ¿Ayora o Buñol?, ¿tú que piensas Victor?
PD: mil gracias por acompañarme en estas aventurillas compis. Es un placer contar con amiguetes como vosotros que dicen “si, quiero” incluso siendo yo quien “dibuje” la ruta ????.
Riders: Jordi C., Lluis, Raul, Rubén, Victor y Gabi
Descarga el track en GPX: Cintos-de-sacaras_Franca_La-Cortada
VÍDEO DE LA RUTA
(Gracias Jordi por el curro)
FOTOS DE LA RUTA
(Gracias a todos por las fotos)