ATENCIÓN: esta no es una ruta al uso. Para llegar al punto de origen necesitaras un remonte o taxi ya que el desnivel es muy muy fuerte y se nos antoja casi imposible hacerla circular. Se trata de una ruta de dificultad técnica alta que básicamente consiste en un larguísimo, técnico y espectacular descenso a lo largo de 17 Km. Si no te gustan las rutas excesivamente técnicas es mejor que busques otras opciones más asequibles (en la zona hay una muy similar llamada Endless Enduro con un nivel técnico menos elevado).
Esta iba a ser nuestra primera ruta en La Palma: desde el Roque de los muchachos a el Perto de Tazacorte.
El punto de origen estaba en el Roque de Los Muchachos, el punto más elevado de la isla a 2.426m, desde donde “nos dejaríamos caer” hasta los 0 metros en el Puerto de Tazacorte, lugar donde teníamos alquilado nuestro apartamento (perfecto para seguir el itinerario de cualquier ciclista de montaña que se precie: Ruta –> Cerveza –> Ducha)
Íbamos a hacer una ruta que superaba los -2.600m de desnivel negativo en tan solo 17Km de distancia, ahora vas y sacas cuentas (si, sale una pendiente media negativa del -13,3%).
Parecía que de entre todas las rutas elegidas iba a ser la más difícil técnicamente hablando, en todos los lugares donde veíamos referencias (wikiloc, trailforks, komoot, foros…) la catalogaban de difícil o muy difícil, así que asfaltada parecía que no iba a estar. ¡Mejor!, si sobrevivíamos a esta no habría problema con las demás ?.
Riiiiiiiiiiing, riiiiiiiiiiiing ⏰⏰⏰, sonó el despertador (no hacía falta tanto escándalo, tanto el pajarraco como yo no habíamos pegado ojo, entre extrañar la cama habitual, el cansancio del viaje y la emoción teníamos unas ojeras que parecíamos osos panda).
Desayuno, revisión de equipaje y partimos hacia Los Llanos de Aridane, donde debíamos encontrarnos con Tobi de Emotion Cycling que nos entregaría las bicis que habíamos alquilado.
Al llegar, allí estaba el tal Tobi, puntual como un reloj a pesar de ser domingo (abrío la tienda solo para entregarnos las bicis). Nos presentamos y de inmediato se puso manos a la obra a ajustar nuestras bicicletas.
Colocó nuestros pedales, ajusto suspensiones, altura del sillín… y justo cuando estaba ajustando el de Jordí, éste le dijo «el mío a 71cm».
Tobi respondió «perfecto, aunque no te preocupes, para la ruta que vais a hacer no es importante, llevarás la tija bajada todo el trayecto». (esto acabó de confirmarnos como sería la ruta).
Tras el Set-up de las bicis nos acompañó a conocer a Sergio, el taxista que nos llevaría al punto de inicio de la ruta. Trabajan juntos y la misma Emotion Cycling se había encargado de gestionarnos las reservas para los días que necesitábamos transfer.
Presentaciones, y a cargar las bicis.
El punto de origen en el Roque de los Muchachos estaba a unos 55Km pero el transfer iba a durar algo más de hora y media, así que os podéis hacer una idea de cómo es la “carreterita” que nos lleva hasta allí, comencé a contar las curvas pero por desgracia solo se contar hasta 999 y a partir de esa me perdí.
Durante el trayecto, Sergio, el taxista, nos fue contando un montón de cosas sobre la ruta, el entorno, la flora y la orografía, la postura de la administración sobre el uso de sendas por parte de los ciclistas… y nos dio algunas recomendaciones para evitar líos (que grande que nuestro taxista también fuese biker). La verdad es que da gusto encontrarse con gente así de maja.
Por fin (menos mal que no somos de marearnos con las curvas), tras pasar junto al Observatorio Astrofísico con sus grandes telescopios y espejos, llegamos al punto de inicio de la Ruta. Siguiendo el consejo de Sergio dejamos las bicis en la pequeña replaza junto a la carretera que utilizan los autobuses para dar la vuelta (todavía nos preguntamos cómo narices es capaz un autobús de llegar ahí arriba, estoy seguro de que en alguna debe quedar alguna rueda flotando en el vacío).
Mientras despedimos a Sergio y acomodamos las bicis, mochilas y cascos vemos como un par de cuervos se nos aproximan sin apenas miedo, parándose a unos palmos de distancia, mientras los miramos y hacemos la gracieta uno de ellos se lanza a por la mochila de Jordi, o más bien a por el bocadillo que asomaba por una pequeña abertura de la cremallera jajaja, es tal el tirón que le da que saca medio bocadillo y desplaza la mochila arrastrándola por el suelo mientras Jordi lo increpa “Eh!, mi bocadillo, pajarraco!!!” (entre pajarracos anda el juego) jajaja, ya sabemos porque se acercaban tanto, no era por cariño y descubrimos el origen del dicho «Cría cuervos y te… robarán los bocadillos».
Mientras nos reímos llega un autobús cargado de guiris y mientras los cuervos se aproximan a recibirlos pienso para mis adentros “guarden sus pertenencias si quieren almorzar jajajaja”.
Pasado el episodio avícola caminamos unos metros hasta llegar primer mirador: FLI-PAN-TE
Desde allí se obtiene una panorámica de la Caldera de Taburiente excepcional, incluso se ven algunas otras islas (Creo que eran Tenerife, El Hierro y La Gomera aunque igual estoy metiendo la pata, de lo que si que estoy seguro es que distinguía 3 diferentes).
Seguimos caminando por un sendero empedrado hasta llegar a otro mirador que tenemos frente a nosotros y al llegar allí las vistas son igual o más bonitas todavía… vemos otro mirador bastante más abajo con un pequeño balcón de piedra pero… decidimos no ir, son más de las 11 de la mañana y todavía no hemos comenzado la ruta, si seguimos caminando y disfrutando de todo lo que vemos seguramente tocará cancelarla jajaja, así que volvemos tras nuestros pasos y «¡mierda! ….no tengo mi cámara de fotos!” solo hay dos posibilidades, o la he olvidado en el taxi (aunque revisé a fondo los asientos) o me la ha “birlado” uno de esos pajarracos mientras descargábamos las cosas … no importa hoy lo importante es el rutón que nos espera.
EMPIEZA LA AVENTURA!
Desde donde habíamos dejado las bicis nos dejaremos caer unos cientos de metros por carretera dejando el Observatorio Astrofísico a nuestra espalda para llegar rápidamente al inicio del sendero GR-131 que tomaremos por nuestra izquierda.
Una vez aquí no os preocupéis, ya no hay perdida posible, no lo vamos a abandonar durante toda la ruta. Siempre GR-131, el espectacular GR-131, el sublime GR-131, el complicado GR-131 ?.
La ruta empieza por un firme fácil de ciclar, cara abajo, como nos había dicho Tobi, rapidito, con algún pequeño repecho (empujar unos metros) y seguir bajando de forma relativamente suave aunque siempre encontrando alguna zona más pedregosa y algunos escalones sin dificultad notable.
Pero al poco el trazado se va complicando, va apareciendo más roca, los escalones van creciendo de tamaño y el rider más grande de todos los tiempos (o sea se, yo ) tiene que descabalgar en algúnos puntos y en otro par se va por orejas (sin consecuencias afortunadamente). Jordi se maneja mejor pero en algún escalonaco se oye un ¡planck! ? al golpear el bajo del cuadro con la roca.
Poco a poco la dificultad crece durante los primeros 5Km de ruta y ya somos los dos los que tenemos que descabalgar en algún punto para superarlo ya que es técnicamente muy complicado pasar montados en la bici a menos que seas un crack (los dos lo somos pero no nos gusta alardear de ello ?).
La verdad es que la senda técnicamente es muy exigente y si sumas al “chute de adrenalina” de ir superando determinados pasos (hay algún tramito en el que es mejor no caer, vamos pedaleando sobre las nubes y ni siquiera se ve el fondo) a la majestuosidad del paisaje que te rodea siempre pedaleando en el límite superior de la Caldera de Taburiente… hace que esta ruta sea difícil de olvidar.
Pasados estos 5 primeros kilómetros entramos en un sector donde el firme es más amable, con mucho más “flow”, donde comenzaremos a ganar velocidad y a tomar las curvas mucho más rápidamente a medida que el paisaje va ganando en vegetación y empiezan a aparecer grandes masas de pino canario al tiempo que el sendero va bajando y entrando en la niebla que siempre abraza estos bosques y es vital para su existencia.
Aquí hay que tener cierto cuidado con la cantidad de hojas de pino y algunas piñas que puedes encontrar en el sendero ya que pueden provocar que tu rueda deslice y “te piñes” valga la redundancia piñera.
Comenzamos a disfrutar a lo grande en este tramo, que poco a poco nos irá bajando hasta desembocar en una pista más ancha en el Km 11 de ruta donde aprovechamos para tomar un bocado y descansar los castigados brazos y piernas (a esos que decís que bajar no cansa y que bajar baja hasta la mierda …. pasaos por aquí y ye me contaréis si bajáis y si cansa). La bajada es tan larga y machacona que nos ha dejado molidos.
Tras el descansito, recorremos unos metros por pista y de nuevo la abandonamos por nuestra derecha para seguir por el GR que ahora nos llevará hasta el Mirador del Time , aproximadamente en el Km 13 de ruta. (desde el mirador «miramos» a la niebla jajaja porque poco más que espesas nubes blancas frente a nosotros conseguimos ver) y seguimos camino por una zona rocosa, muy rugosa y técnicamente complicada ya que en cualquier momento la rueda delantera puede meterse en un hueco difícil de superar y salir por orejas.
De aquí pasaremos a una suerte de sendero en forma de calzada empedrada y rocosa que transcurre entre algunas construcciones y huertos diseminados, divertida pero dura y que acabará de machacar tus brazos (cuidado con algunas pequeñas tuberías de metal la la pueden cruzar en algún punto, ya que pueden hacer que deslice la rueda o que se enganche algún pedal). Aproximádamente 1 Km más tarde la senda empedrada desemboca en la carretera LP118, donde divisamos un restaurante en el que paramos a refrescarnos y flipar con las vistas del puerto de Tazacorte al que íbamos a bajar tras la pequeña pausa.
Apenas nos queda kilómetro y medio de ruta pero va a ser el final dorado.
Tras el descanso nos dejamos caer por una estrecha vía asfaltada hasta el inicio del Camino del Time , (catalogado como sendero azul) que nos bajará hasta el Puerto de Tazacorte en una suerte de camino imposible con unas curvas de 180º que nos ofrecen unas vistas vertiginosas del vacío y el mar.
El sendero está empedrado y tiene con una pendiente bestial (vamos a descender 350m de desnivel en poco más de 1Km). Comenzamos a bajar y algunas de las curvas son tan cerradas y empinadas que es prácticamente imposible trazarlas sin bajar de la bici (otras un poquito más abiertas se dejan hacer sobre ella).
Vamos sumando curvas (1, 2, 3,4 …15, si, las he contado) y tras esa curva 15 el sendero deja de estar tan expuesto y se dirige hacia el norte separándose del acantilado para volver a zigzaguear de nuevo durante otra infinidad de curvas cerradísimas y dejarnos directamente en la playa, a 0m de altitud.
Al llegar abajo nos fuimos de cabeza a buscar unas cervecitas bien frías y picar algo en una terracita (entre la bajada, las fotos, videos y las paradas para flipar con el paisaje se nos habían hecho casi las 16:00).
Ha sido una ruta impresionante, 3 días más tarde, seguíamos levantando la vista al acantilado desde la playa y continuábamos sin entender como narices conseguía bajar el sendero por allí.
Un rutón brutal, de 10. Difícimente podremos encontrar en nuestra vida una ruta con una bajada tan larga, técnica y variada como esta. Impresionante , y lo más importante, si habíamos sobrevivido a esta, las que viniesen estarían chupadas (tengo que confesar que tras lo que había leído sobre la ruta, a pesar de ser el rider más grande de todos los tiempos, la encaraba con cierto miedo/nerviosismo).
Mañana sería el día de “El pico de la nieve” …
Descarga el track en GPX: roque-los-muchachos-puerto-tazacorte