La ruta que os presentamos es posiblemente una de las más bonitas y conocidas de la zona de Montanejos en Castellón.
Si no conoces Montanejos y sus alrededores te aconsejamos que no te lo pierdas, es fantástico, eso sí, intenta evitar la temporada alta porque en unos años ha pasado de ser un reducto de escaladores y senderistas a una localidad muy turística.
La ruta no presenta dificultad alguna para un senderista acostumbrado a salir a la montaña y es incluso apta para hacerla con niños de al menos 9 añitos o más que también lo estén.
Inicio de la ruta
Puedes iniciar la ruta en cualquier punto de la población (ya que es un pueblo pequeño y tan solo te supondrá andar un poco más o menos). En nuestro caso aparcamos justo a la entrada, en la parte alta ya que en esta ocasió fuimos un domingo de septiembre en el que es mucho mejor aparcar algo más lejos que acabar desesperado buscando aparcamiento en el interior del pueblo.
Aparquemos donde aparquemos para comenzar la ruta nos dirigiremos a la salida NO del pueblo (dirección a la Fuente de los Baños) y al llegar al puente tomaremos dirección a Zucaina.
La Ruta
Tras cruzar el puente veremos a nuestra derecha un mirador (Mirador del Rio) y la Fuente Cerrada (una pequeña área recreativa con unas mesas de cemento y una fuente).
Tomamos unas fotitos, cruzamos la carretera y frente a la fuente vemos un pequeño sendero (algo cerrado) que tomaremos si queremos evitar andar por la carretera (si lo preferimos podemos andar por la CV-195 unos 175 metro para abandonarla por la izquierda y tomar un camino cementado que será el mismo la que saldremos si vamos por el sendero.
Durante todo este tramo iremos encontrando los postes indicadores de la “Senda de los Estrechos” y las marcas del GR por lo que no hay pérdida.
Una vez en el camino cementado comenzaremos a caminar cuesta arriba hasta llegar a un pequeño sendero que nos hace ascender por nuestra derecha y que no es más que un atajo para no andar tanto por el camino cementado (si siguiésemos llegaríamos al mismo sitio tras una pronunciada curva).
Pasamos junto a una valla metálica que acota los terrenos de unas viviendas y el sendero comienza a estrecharse más y a perder desnivel (ha sido una buena subida, corta, pero intensa).
Vamos a comenzar la parte más bonita de la ruta.
El Estrecho de Chillapájaros
Continuamos nuestra ruta caminando por un precioso sendero que de forma aérea nos llevara durante un buen tramo a bordear las paredes del Cañón del Mijares (cuyo origen realmente es una falla que ha sido limada y excavada posteriormente por el rio).
Pronto vemos a nuestros pies la Presa de Cirat , que fue construida en 1963 al final del estrecho de Chillapájaros, con el objetivo de canalizar el agua del Míjares hasta Cirat para general energía eléctrica.
Ahora estamos sobre los Estrechos de Chillapájaros (inmediatamente descubrimos de donde sale dicho nombre, ya que los graznidos de algunos pájaros que no identifico resuenan entre las altísimas paredes de la hoz).
Comenzamos a caminar por la senda tranquilamente, llaneando al principio y descendiendo más tarde, siempre con la mirada a nuestra izquierda disfrutando de las inmensas paredes que conforman el cañón del Mijares.
Es una chulada, en algunos puntos a modo de balcón nos asomamos (cuidado con el vértigo y los pequeños vi vamos de excursión con ellos) para disfrutar de las vistas de una caída vertical de más de 100 metros.
Finalmente la senda comenzará a descender de forma pronunciada, dibujando algunas “eses” al principio, hasta llevarnos al nivel del rio, que cruzaremos utilizando un bonito puente.
El Mijares en este punto es caudaloso y corre realmente limpio, es una alegría ver todavía naturaleza en estado puro.
Tras cruzar el rio ahora la senda va su margen izquierdo que transcurrira un buen rato junto al rio, precioso.
El chorro de Arenoso
Aproximadamente unos 600m más tarde comenzarás a oír un fuerte y constante rugido que sin duda te sorprenderá (nosotros ya habíamos estado antes así que nos quedamos sin sorpresa).
Poco a poco, a medida que avanzamos, el sonido aumenta su volumen y por fin frente a nosotros vemos una especie de niebla allá a lo lejos. Nos es ni más ni menos que una increíble cantidad de agua en suspensión que proviene del Aliviadero del embalse de Arenoso como si de un aspersor gigante se tratase.
Ah!, atención, si llevas equipo fotográfico de valor ya puedes parar un minuto para protegerlo contra el agua, te vas a duchar quieras o no, no tienes escapatoria.
Al llegar a las proximidades del aliviadero vemos a una multitud de cabecitas coloradas, no son ni más ni menos que un montón de practicantes de rafting que tienen su punto de salida aquí.
Nos dan ganas de montarnos en una de esas barcas (volveremos).
Mientras los miramos el agua comienza a empaparnos y como ya sabemos que no hay escapatoria, aprieta el calorcete y la cámara es sumergible, en lugar de huir nos acercamos todo lo posible a “El Chorro”, primero por su derecha y luego rodeando a los “Raftinguistas” por su izquierda (por aquí hay un sendero que tras embarrarte los pies por la cantidad de agua que hay en el suelo te lleva justo a la base del aliviadero).
Es impresionante la fuerza con la que sale el agua.
Disfrutamos de la ducha y vemos como una pareja intenta correr sin éxito por la senda para no mojarse jajaja, misión imposible.
Tras disfrutar del momento (si vienes con niños será una aventura sin igual) seguimos camino y llegamos al camino ancho desde donde tomamos un sendero que nos sube a la carretera.
(Verás que hay un puente que lleva al interior del embalse y por el que puedes caminar, pero realmente no aporta mucho, ya que las vistas del chorro son más bonitas desde abajo y no tiene salida).
Al llegar a la carretera apenas caminaremos una treintena de metros y justo a la izquierda de la entrada del túnel vemos un nuevo indicador de la senda (cuidado aquí que si te metes en el túnel sin darte cuenta te toca seguir por carretera hasta Montanejos).
Tomamos la senda y comenzamos a subir (en nuestro caso nos desviamos a la izquierda por un ramal del sendero para ver el chorro desde las alturas, cuidado que el suelo puede estar resbaladizo por la humedad y una caída desde aquí puede ser fatal).
De nuevo la senda comienza a ascender, mientras rodeamos el Barranco ahora por la vertiente opuesta. Es Una subida de unos 2Km con tramos muy pronunciados que cuenta con algunos puntos de terreno rocoso muy bonitos.
Una vez en la parte más alta comenzamos a descender durante casi un kilómetro por el bonito sendero (SL CV 14 – Barranco de la Maimona).
En todo momento se disfruta el camino, no hay ni un tramo que no valga la pena.
La Cueva Negra de Montanejos
Poco a poco vamos bajando y llegamos a una intersección en la que un poste indicador nos muestra la dirección a la Cueva Negra.
Es un tramo de poco más de 100m pero bastante empinado que nos deja en la entrada de la cueva, una gran cavidad de unos 30m de profundidad una amplia sala principal a la que podemos bajar con cuidado de no resbalar (la pendiente es muy pronunciada)
Una vez visitada la cueva regresamos al sendero SL CV 14 por el que veníamos y continuamos camino en dirección a Montanejos.
Todavía desde las alturas divisamos la preciosa Fuente de los Baños pero debido a la época estival en la que nos encontramos la vemos bastante concurrida y con el maldito COVID-19 de las narices no nos apetece demasiado dirigirnos allí.
Seguimos bajando por el sendero y finalmente llegamos a la carretera que en poco más de 500m nos lleva a Montanejos, dejando a la izquierda el puente por el que iniciamos nuestra ruta.
Una ruta realmente bonita y muy asequible.
A modo de reflexión.
Hoy me pongo filosófico y os tengo que contar algo que me sucedió al llegar al pueblo de Montanejos.
Venia sediento (caían 32ºC) , con el agua de la cantimplora ya recalentada y vi una fuente frente al Hotel Rosaleda, así que decidí acercarme a beber algo de agua fresca antes de volver al coche.
Al llegar vi a una pareja de ancianitos que estaban terminando de refrescarse.
Me situé cerca de ellos (a 2 metros con esto del virus de la narices) y le dije “Buenos días”.
Su respuesta, con un gesto sincero de alegría en la cara fue “Buenos días!”, ¡eres la primera persona que nos saluda en toda la mañana!.
Lo dijeron de una forma, con tal énfasis, que realmente me dio pena pensar en que nos estamos convirtiendo las personas.
Es totalmente cierto que cada vez somos más impersonales y estamos más deshumanizados, de hecho en esta misma ruta os doy mi palabra de que me crucé con unas 5 personas y 2 de ellas ni saludaron.
Es una pena que hoy en día esto comience a pasar cada vez con más frecuencia (ya no hablo de las grandes ciudades, donde esto ya es un escándalo).
Hace tan sólo una decena de años era impensable que te pudieses cruzar con alguien en la sierra o en un pequeño pueblo y no saludases y te devolviesen el saludo cordialmente o se parasen a conversar contigo (hasta un cazador, el eterno enemigo de los ciclistas de montaña jajaja me ha llegado a invitar a un trago de vino y un bocado en plena sierra).
Por favor, en bici o a pie, saluda, se agradable, no cuesta nada, si ves a alguien medio perdido oriéntale, si ves a alguien en alguna dificultad, ayúdale, no cuesta nada, incluso puede que esa pequeña acción… hasta haga sentir bien a ti ;).
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