Esta ruta es de una dificultad muy baja y puede ser realizada incluso por niños o personas que no estén acostumbrados a ir en bicicleta de montaña, siempre y cuando tengan un estado de forma física minimamente aceptable.
Incluso en la actualidad, por lo que nos han contado, puede ser realizada con patinetes eléctricos.
Tanto el desnivel como la dificultad son muy bajos y el camino, además de en muy buen estado para rodar, está muy bien señalizado (no hay pérdida posible) y protegido con vallas de madera en todos aquellos puntos en los que se circula cerca de algún punto elevado o cercano a algún cortado.
La ruta aunque muy sencilla es preciosa y vale la pena hacerla, ya que mientras practicamos tranquilamente nuestro deporte favorito disfrutaremos de unas vistas excepcionales.
La ruta de la Senda del Oso transcurre sobre el trazado de un antiguo ferrocarril minero que ha sido reconvertido en vía verde a mediados de los años 90 para el disfrute de los ciclistas y senderistas.
La Ruta de la Senda del Oso en Bicicleta
En nuestro caso comenzamos la ruta desde el Centro BTT Valles del Oso, que se encuentra en Tuñon, justo en el inicio de la ruta, donde podremos aparcar el coche sin ningún tipo de problema en su espacioso parking.
La tarde anterior a la realización de la ruta llamamos para reservar dos bicicletas en alquiler (también disponen de tandems y accesorios como carros porta-bebes y porta-mascotas, cascos y bidones de agua entre otros).
Una vez allí nos atendieron muy amablemente, nos entregaron las bicicletas (tan solo nos costaron 12€ por un día completo con servicio de asistencia – incluso recogida – en caso de problemas), nos explicaron que la ruta esta perfectamente señalizada y nos indicaron las zonas de interés y áreas recreativas por las que pasaríamos.
Iniciamos la ruta desde el mismo Centro BTT, como hemos comentado antes, durante todo el trayecto la ruta esta perfectamente señalizada y además cuenta con al menos 3 fuentes naturales para reponer agua.
Tras los primeros 100 o 200 metros, tras salir del Centro BTT, llegamos a la primera fuente, donde nos aprovisionamos de agua y vemos una estatua de un oso. Desde la fuente se ve el indicador verde de «Senda del Oso«, indicador que iremos siguiendo durante toda nuestra ruta.
Desde el inicio ya comenzamos a disfrutar con la abundante vegetación y el hermoso paisaje del Valle del Trubia por el que vamos pedaleando con nuestras bicis.
Aproximádamente a los 3Km de pedaleo cruzamos Villanueva, pasando un precioso Puente Romano y pudiendo admirar varios hórreos de gran tamaño.
Apenas un kilómetro y medio después llegaremos al área recreativa de Buyera, donde en nuestro caso nos zampamos un buen pincho de tortilla antes de seguir camino hacia el cercado osero «Monte del Oso», ya en Proaza, donde se encuentran las osas «Paca» y «Tola» junto a otros dos osos más: Furacu y Molinera.
Desde aquí y tras tomar las fotos de rigor seguimos camino y cruzamos la población de Proaza, donde también podemos ver servicios de alquiler de bicicletas (aunque algo más baratos, las bicicletas se ven de peor calidad e intuimos que quizá el servicio también pueda tener algo menos de calidad que el prestado por el centro de BTT).
Tras cruzar Proaza comenzamos un tramo también precioso durante el que cruzaremos por varios túneles perfectamente iluminados (y de forma estéticamente muy lograda) y pasaremos por el desfiladero de Peñas Xuntas, donde el rio Trubia ha escavado una hoz tan estrecha que hace que casi se toquen las dos laderas del valle.
Pronto veremos una señal que muestra una bifurcación de caminos y que nos indica que el de la izquierda nos llevará a «Valdemurio» y el de la derecha a «Entrago». Nosotros tomaremos el de la izquierda, en ligero ascenso, ya que queremos ir al Embalse.
Tras pedalear durante un ratito comienza a apretarnos el hambre, todavía es pronto, pero estamos todavía a algo más de 4 Km del Embalse de Valdemurio (donde finaliza la ruta) y no tenemos nada que comer.
Por casualidad al ir cruzar un puente vemos un pequeño rótulo de madera que indica «restaurante» y la primera impresión que transmite el rótulo es que se debe tratar de un local de hamburguesas, costillas o algo semejante. A la derecha del puente vemos un pequeño núcleo de población llamado Caranga de Abajo.
Como el hambre aprieta y Aurora no está muy acostumbrada a ir en bicicleta, para evitar males mayores en forma de «chica cabreada», decido decirle que espere y que ya bajo yo a ver si nos preparan unos bocadillos.
Tras descender por una pronunciada pendiente cementada y seguir una flecha entro bastante rápido en un patio pensando «la he liado, esto no es un bar, es una finca particular!!» y justo cuando estoy dudando veo a una chica pelando patatas (luego sabremos que se llama Ainoa) a la que le pregunto, todavía dudando si se trata de una vivienda particular, si sería posible que nos hiciesen unos bocadillos. La chica me contesta que no es posible, que solo se puede comer de plato (con esto quedan resueltas mis dudas, se trata de un restaurante y no de una casa particular). Le digo a Ainoa que voy a comentarle a mi chica (Aurora) que no hay bocatas pero que si que se puede comer de plato y subo a buscarla.
De inmediato me contestas que «si si, de plato, que hambre tengoooo», así que sin dudarlo bajamos de nuevo y ahora, entrando más tranquilos, me doy cuenta que hay un rótulo que reza «Restaurante la Casa’l Cura«.
Entramos al patio con las bicis y Ainoa sigue ahí sola con sus patatas, nos invita a sentarnos en unas mesas de madera (como las de picnic de las áreas recreativas) y de inmediato nos pone un mantel, cubiertos, vasos, copas y nos informa del menú disponible.
Aurora se deja aconsejar por Ainoa y en lugar del «Pote asturiano» que deseaba pedir accede a probar el «Pote de castañas«. Yo elijo Cachopo de ternera con jamón y setas.
La comida es excepcional, el Pote de castañas está delicioso, súmamente delicioso y el cachopo también está buenísimo (yo no lo había probado nunca, pero luego al compararlo con otros pedidos en otras localidades más turísticas puedo asegurar que les daba cien vueltas).
Para rematar pedimos arroz con leche, todavía algo tibio por estar recién hecho y ser algo pronto para comer … una delicia.
Mientras estamos dando cuenta del postre sale a saludarnos la cocinera, (quizá sea la madre de Ainoa) y nos cuenta como se hace el Pote de castañas. La verdad que no hubiésemos imaginado comer tan bien, tan a gusto, en medio de ese valle en un día soleado y al aire libre y tan bien atendidos por una gente tan maja y encima a un precio realmente bueno.
Sinceramente, os recomendamos que paséis a comer por la Casa´l Cura si vais a hacer la Senda del Oso u os encontráis cerca. Vale la pena.
Tras despedirnos y tomar unas fotos del restaurante (ahora empieza a haber ya más comensales) seguimos nuestro camino hasta el Embalse de Valdemurio y unos pocos kilómetros después, ya más llevaderos con la panza llena, llegamos hasta el mismo, siempre disfrutando de unas vistas preciosas durante el camino.
En el embalse, además de un área recreativa y un bar hay un centro de alquiler de canoas y aunque me apetece alquilar una para dar una vuelta por el embalse … creo que es mejor quedarme calladito, descansar un rato para que mi chica tome aliento y emprender el camino de vuelta a Tuñón.
La vuelta se hace rapidísima y muy cómoda, la verdad que durante la ida, sabes que pedaleas en ligero ascenso pero no imaginas que tanto, ya que se pedalea muy bien. Para volver basta prácticamente dejarse caer y pedalear suavemente de vez en cuando.
Tras deshacer todo el camino, entregamos las bicicletas en el Centro BTT y nos vamos con una sonrisa al hotel.
Qué buen día hemos pasado!!!
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FOTOS DE LA RUTA