Para ver esta cueva de grandes dimensiones del periodo neolítico del 4500 al 2000 A.C. hay que ir a Castell de Castells y cogemos la carretera dirección a Tárbena. Llegamos al km 6 al Collado Bijauca y tendremos a la parte izquierda una gran explanada donde dejar el coche.
Desde allí, arriba a la izquierda vemos unos escarpados rocosos con una amplia mancha rojiza que es donde se encuentra la cavidad. Un camino nos conduce a unos colmenares que rodeamos e iniciamos la subida campo a través en busca de una senda casi perdida entre la maleza que nos conduce a la cueva en cuya boca, de unos 30 metros de amplitud y 3 a 5 metros de altura, se acumulan grandes bloques de piedra.
Entramos en el recinto y accedemos a una sala enorme de 56 metros de largo y 25 de ancha. Por su extremo oriental se abre un túnel de 10 metros de recorrido donde ya necesitaremos llevar iluminación para pasar a otra sala.
Desde esta segunda sala pasamos a otras dos más pequeñas.
Una vez vistas todas las formaciones salimos al exterior donde aprovechamos para almorzar disfrutando, desde los 900 metros de altitud a los que nos encontramos, de una excelente panorámica de las grandes sierras que nos rodean: la Aixortà, la Serrella, Aitana y Bérnia.
Iniciamos la bajada para dirigirnos enfrente del collado a otra cueva llamada el Somo, que se puede bajar a la primera planta, pues luego tiene un recorrido de 1.318 metros y una profundidad de 77 metros que para ser visitados se necesita equipo y conocimientos de espeloeología.
Cerca de allí también está el arco de Atansons.
Muy interesante, no conocía esta cueva, anotada en pendientes!
Tenéis más info en la web http://www.tarbenaturismo.com