El ciclismo nació por necesidad, pues era un medio de transporte económico y al alcance de todos. Con el tiempo, se convirtió en un deporte, tanto de ocio como profesional y fue evolucionando hasta lo que es hoy. En este artículo veremos cómo el avance en los materiales, las técnicas en aerodinámica o la electrónica, han definido este deporte.
Materiales para un cuadro ligero
En el ciclismo de carretera, el peso del conjunto tiene una gran repercusión en el rendimiento del corredor, lo que explica que se haya invertido mucho en encontrar materiales ligeros para la fabricación de los cuadros. Es un requisito indispensable que además de ligera, los atributos como la resistencia según el peso soportado, la absorción de golpes o la aerodinámica no se pierdan o empeoren al aligerar la estructura.
Primero de madera, después de acero y posteriormente de aluminio, las bicicletas eran realmente resistentes, pero la ligereza no era su fuerte. Actualmente, las bicicletas mejor valoradas son las de titanio y las de fibra de carbono, pues además de responder mejor a los atributos anteriores, son las más ligeras, resistentes y estables.
Aerodinámica y ensayos en túnel de viento
Claro está que la fuerza y el peso de cada ciclista impactarán sustancialmente en su rendimiento, pero también hay que considerar el efecto de la fuerza de resistencia del viento en la marcha.
La aerodinámica ha demostrado ser clave en la mejora del resultado de los ciclistas, por lo que aprender a minimizar la resistencia a la presión ha sido una prioridad. Gracias a las pruebas realizadas en túneles de viento, se ha podido comprender mejor la naturaleza del flujo de aire sobre y alrededor de los objetos, lo que ha dado nuevas perspectivas en cuanto al diseño de las bicicletas, introduciendo nuevas formas aerodinámicas en los marcos, integrando los cables y los frenos dentro del perfil o corrigiendo la posición de los corredores para reducir así la resistencia.
Sistema electrónico de cambio de marchas
Tradicionalmente, el sistema de cambio de marchas siempre era mecánico. Este funciona mediante un cable que se enrolla en una rueda y se almacena dentro de la palanca de cambios. El sistema electrónico, por el contrario, funciona mediante un motor que cambia las marchas sin esfuerzo y de forma instantánea y muy precisa. Gracias a su precisión, este sistema tiene muchos menos fallos, por lo que acaba siendo más duradero y requiere menos mantenimiento. La principal razón que explica la popular aceptación de este nuevo cambio de marchas se atribuye a las mejoras en el rendimiento, pues no se necesita de ningún tipo de fuerza para accionar el cambio y se puede utilizar en favor de un pedaleo más potente.
Frenos de disco
Cuando hablamos de frenos nos adentramos en un gran universo dentro del ciclismo. Existen más de diez tipos, aunque el más usado siempre ha sido el de aro, donde la fuerza de frenado actúa sobre el aro de la rueda. Sin embargo, la llegada del freno de disco ha dejado a los demás en segundo plano por haber demostrado ser mejor que el resto en cuanto a eficiencia, pues no afecta al desempeño de la rueda dado que no le produce imperfecciones con el frenado. La seguridad es también su punto fuerte, ya que frena de forma modulada y más controlada y ni el agua ni la suciedad afectan a su rendimiento, por lo que son ideales también en terreno mojado. Por contra, un punto negativo es que el disco es un elemento cortante y puede ser peligroso en caso de caída.
Neumáticos sin cámara
No podemos acabar el artículo sin hablar de una de las partes más características de la bicicleta: las ruedas. Por un lado, tenemos los radios de la rueda, que soportan el peso y transfieren potencia a la rueda, además de proveerla de estructura. Inspirada en la rueda de la bicicleta, encontramos la forma de una ruleta en vivo, que está igualmente provista de unos radios y sirven para dividir los compartimentos o divisiones, que se extienden desde el centro hasta el borde exterior.
Una de las innovaciones que más agradecen los aficionados y profesionales ha sido la invención del neumático sin cámara. En caso de pinchazo, el ciclista no nota ninguna pérdida de presión y las ventajas de ello son evidentes, especialmente cuando se trata de evitar caídas. Además, al mantener siempre una presión estable, favorece la tracción y el agarre del neumático sobre el terreno.
Conclusión
Ha quedado de manifiesto que el ciclismo ha sufrido una gran modernización y sofisticación que ha marcado su presente, especialmente en el ciclismo de carretera profesional. Históricamente, el principal motor de cambio ha sido mejorar el rendimiento de los corredores y creemos que esto no será distinto en el futuro; la voluntad de conseguir un mejor desempeño seguirá dictando la transformación del ciclismo.