Esta vez vamos a realizar una excursión bastante cortita a Chera, un bonito pueblo de la comarca de Requena-Utiel en la provincia de Valencia.
El principal atractivo de la ruta será la visita a las magníficas Cuevas de la Garita, que junto al Chorrero que cae entre ellas conforman un espectáculo natural realmente increíble.
Además aprovecharemos para visitar su castillo en ruinas y disfrutar de bonitas panorámicas que obtenemos desde él.
Se trata de una ruta bastante sencilla a excepción de la visita a alguna de las cuevas, que puede necesitar de algo más de habilidad a la hora de acceder a ellas, pero nada fuera de lo normal si no tenemos problemas de movilidad o en nuestras articulaciones.
Recreándote con las fotos y parando a disfrutar de los puntos más bonitos es una ruta que tendrás hecha en poco más de 2 horas.
No la aconsejaríamos para niños, poero si los llevas contigo (que estén acostumbrados a andar y no es viable con carrito) préstales mucha atención en los accesos a las cuevas ya que puede haber algunos puntos expuestos para ellos.
Vamos allá.
PUNTO DE INICIO
Iniciamos la ruta desde la propia población de Chera. En nuestro caso dese la Calle Piscina exactamente, desde la Fuente del Pueblo, donde hay un pequeñito parque.
Las coordenadas exactas en Google son: 39.594088548698394, -0.973744155311065
Desde aquí bajamos al pequeño parque por una pasarela metálica, giramos 180º sobre nosotros y comenzamos a caminar por un pequeño sendero.
TRAMO I: A las cuevas de la Garita
Desde el punto indicado en Chera comenzaremos a caminar tranquilamente por un sendero que nos saca del casco urbano y nos lleva agradablemente por el Barranco del Agua.
Es una senda sin ninguna dificultad que en verano u otoño debe ser preciosa cando los árboles estén llenos de hojas, ya sean verdes o marrones.
Ahora, en Enero están totalmente pelados pero la hiedra y los restos de hojas en el suelo dejan entrever como debe ser la estampa en esas estaciones.
Aproximadamente a los 900 metros desde el punto de inicio abandonamos el barranco del agua por el propio sendero que a través de un tramo escalonado nos va subiendo hasta una pequeña carreterita asfaltada por la que caminaremos en dirección Norte apenas 100 metros.
Aquí ya veremos un indicador de madera a las Cuevas de la Garita que nos señala un sendero a nuestra izquierda.
Cruzamos la carreterita, tomamos el sendero (llamado senda de los Corralejos) y seguimos caminando por el durante aproximadamente 700 metros.
Es un sendero muy bonito que transcurre primero junto a unos campos de cultivo pero que progresivamente va entrando en una pinada preciosa y que más tarde nos ofrece vistas privilegiadas del Barranco de la Ermita.
Continuamos caminando y llegada esa distancia de 700 m el sendero vira al NO y es entonces cuando ¡oooooooooooooooooooh!
Vemos frente a nosotros el motivo de esta ruta, Las Cuevas y el Chorrero de la Garita.
La panorámica es espectacular.
Desde la distancia tenemos una pared de roca totalmente perforada, con multitud de barandillas que la atraviesan longitudinalmente y está partida por la mitad por una impresionante cascada.
Para rematar el pastel sobre ella divisamos las ruinas de un castillo y tras él la imponente mole de la loma de la Corcera.
Comenzamos a sonreír sin darnos cuenta y aceleremos el paso por el sendero para llegar a la base de tan magnífica “creación”
A medida que caminamos vamos perdiendo de vista el conjunto que va quedando oculto a la vista a nuestra izquierda pero tras 200 mel sendero gira 90º y vamos a entrar en el complejo de cuevas ayudados por un equipamiento en perfectas condiciones (aunque en algunos puntos muy concretos comienzan a estar algo deteriorados, seguramente por la gran afluencia que debe tener este paraje).
A través de pasarelas de madera, escaleras, barandillas de protección etc vamos a disfrutar de lo lindo entrando de cueva en cueva y recorriendo el fantástico laberinto que conforman.
Las cuevas tienen formas realmente caprichosas. Según nos enteramos luego su base son las toscas y los travertinos, una rocas sedimentarias esponjosas que son las responsables de estas formaciones.
Visitamos varias oquedades y cuevas, arriba y abajo y finalmente regresamos hasta prácticamente la entrada para ascender por sendero a la parte superior del conjunto.
Una vez arriba iremos llaneando junto a una barandilla que nos protege de una posible caída por el borde al acantilado hasta llegar a un pequeñito puente que cruza sobre un estrecho pero abundante caudal de agua que baja por el Barranco de la Ermita.
Desde aquí no vemos la cascada pero continuamos avanzando y la curvatura que va tomando el acantilado nos ofrece una vista magnífica de la cascada desde la parte alta.
Llegamos a un indicador en el que se nos advierte de peligro de derrumbes. Aquí vemos como el sendero se bifurca. Frente a nosotros comienza a bajar y se convierte a tramos en escaleras, siempre protegido por barandilla, por nuestra derecha asciende hacia el castillo.
Por supuesto aprovechamos para visitar el castillo. Van a ser menos de 200 metros, aunque con buen desnivel, de un sendero que nos llevará hasta las mismas ruinas del castillo de Chera. Por desgracia las ruinas están bastante mal conservadas, pero podemos ver lo que queda de alguna torre y las murallas de este castillo musulmán del S XII.
Visitado el castillo regresamos sobre nuestros pasos hasta el indicador de “Peligro derrumbes” y continuamos bajando por el sendero serpenteante.
Encontramos un pequeño miradorcito a modo de “descansillo cultural” en el que el suelo enmanisado nos ilustra sobre la geología de la zona y desde allí tenemos una panorámica magnífica del Chorrero.
Seguimos avanzando y sorpresa, a esta parte de la cascada todavía nos quedan cuevas por visitar, así que al tema. Escaleras arriba y abajo las visitamos todas hasta que finalmente vemos un tramo menos protegido, que requiere de una pequeña trepada (no demasiado difícil) para llevarnos junto a la cascada.
Una vez allí, ¡SORPRESA!, si no te importa mojarte puedes llegar incluso a colarte detrás de la caída de agua a través de una abertura que da paso a una pequeña cueva.
Aquí iremos con mucho cuidado, ya que las piedras están cubiertas de musgo y un mal resbalón puede ser fatal.
Disfrutamos del momento, fotos y regresamos ahora con más cuidado al tener los pies mojados.
Bajamos las escaleras y tras pasar junto a una pequita área recreativa nos asomamos entre árboles y vegetación para tomar la última panorámica de la caída de agua en toda su longitud.
Desde aquí solo nos queda caminar por el sendero en dirección sur poco más de 250 metros hasta llegar a una pequeña carreterita que coincide con el PR-V 101 y que poco más de 1,5 Km más tarde nos dejará en el punto de origen de la ruta.
Una ruta cortita pero fantástica.
NOTA: debido a que existe un acceso muy cercano a las cuevas desde esta pequeña carreterita os aconsejamos visitarlas muy temprano como hicimos nosotros o bien entre semana. De esta manera las disfrutaréis en soledad de una manera mucho más especial.
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