Atención: esta ruta no es recomendable si no estás acostumbrado a caminar por la montaña regularmente y por terrenos escarpados. No la hagas si tienes ciertos problemas de movilidad ni con niños pequeños, ya que tendrás que caminar en gran parte de la misma por terreno muy irregular e incluso hacer alguna pequeña trepadita.
Aunque la veas corta, es intensa.
Vamos allá.
Este finde nos teníamos que quedar en Valencia y como aquí no tenemos bici… tocaba pateo. Solo faltaba decidir dónde.
Para eso, nada mejor que el señor Google. Y ras realizar una búsqueda y comenzar a ojear posibles rutas de senderismo vimos una imagen que nos llamó mucho la atención. Era un magnífico desfiladero que cortaba la montaña de manera perfecta llamado el Salt del Cavall.
La imagen fue suficiente para decidir que iríamos allí, así que desde google saltamos a Wikiloc y allí teníamos una bonita ruta el usuario «Per dalt i per Baix» (gracias por compartir las rutas) que decidimos seguir sin dudarlo un segundo.
Desde Valencia nos dirigimos a Araya, una pequeño pedanía de Alcora, en Castellón.
Llegando a Alcora nos quedamos impresionados por las dimensiones de la industria de la cerámica que hay allí.
Desde Alcora, tomaremos la CV-191 y tras 8Km por la pequeña carreterita llegaremos a Araya.
Se trata de un pequeñito núcleo urbano de apenas 60 habitantes.
Al llegar al pueblo pasaremos justo por delante del Bar Araya, en la parte alta del mismo, desde donde en principio se iniciaba la ruta que habíamos visto.
En nuestro caso al ir un poco justos de tiempo, tras ver el camino que debíamos seguir la cartografía y las imágenes de satellite decidimos aventurarnos y recorrer los primeros Km en coche.
Se trata de una vía agraria por la que podrás circular sin problemas (al menos cuando pasamos nosotros estaba en perfecto estado), a menos que te encuentres a alguien de frente jajaja, entonces habrá que ver cómo solucionar “el problema” jajajaa.
En nuestro caso, al ser temprano no encontramos a nadie. Durante el trayecto de aproximadamente 2 Km pasamos junto a un grupo de casas abandonadas (Mas del Rotgle), seguiremos por la pista y llegaremos a una pequeña zona más amplia donde vemos varias furgonetas camper estacionadas. Aparcamos allí para de este modo hacer la ruta totalmente circular y ahorrarnos así casi 5 Km de pista sin demasiado interés.
Aquí es donde iniciaremos nosotros la ruta.
Comenzaremos a caminar por la bifurcación de la derecha en dirección Norte, siguiendo la pista ancha de tierra conocida como “Camí del Rotgle”. Durante este tramo ya comenzamos a ver como asoma el barranco frente a nosotros pero justo tenemos la vista en perpendicular a nuestra trayectoria y no nos permite adivinar la magnitud de lo que veremos más adelante.
Al llegar aproximadamente al Km 1,4 desde el inicio abandonaremos la pista por un pequeño sendero que nace a nuestra izquierda, hay que estar atentos ya que no se ve fácilmente y empieza a estar algo perdido y cerrado por la vegetación.
Seguimos el sendero durante unos 200m (hay momentos en que casi lo perdemos) y finalmente bajamos al barranco y comenzamos a caminar por un firme pedregoso típico de cualquier rambla.
Al poco de caminar aparece nuestra primera sonrisa, el sendero nos ha hecho virar hacia el Este y tenemos la abertura del barranco frente a nosotros: espectacular, y no será nada comparado con lo que encontraremos más adelante.
Los pequeños cantos rodados dejan paso a unos pedruscos enormes y aquí es donde la ruta de verdad se convierte en bonita y divertida al mismo tiempo.
Tras las enormes rocas vemos un cartel de Micro Reserva de Flora, y es desde aquí hasta el final de dicha reserva donde la ruta es más espectacular.
Durante los próximos casi 2 Km tendremos que ir sorteando grandes rocas y un terreno sumamente irregular mientras caminamos entre unas paredes inmensas mientras los buitres van dando vueltas sobre nuestras cabezas sin duda pensando “hoy toca almuerzo seguro, este de ahí dentro no sale”.
Pasamos por algunas zonas donde el agua ha esculpido pequeñas pozas, casi todas ellas secas, conformando unas formas curiosas y espectaculares.
Seguimos caminando entre bloques de piedra, trepando o saltando de uno en otro y mirando hacia arriba sin parar las inmensas paredes y agujas que nos rodean.
Las paredes van creciendo en altura y cerrándose cada vez más hasta que por fin llegamos al punto que le da el nombre a este cañón: el Salt del Cavall (Salto del Caballo), donde la leyenda cuenta que Santigado Apostol, en plena persecución por parte de sus enemigos, no dudó en saltar de punta a punta para librarse de ellos e ellos . Si el tal Santiago lo hizo con un caballo igual nosotros podemos volver e intentarlo con la bici ¿no? Jajaja, coñas aparte se trata de un punto espectacular digno de admirar.
A partir de aquí las paredes comienzan a disminuir en altura y el barranco comienza a abrirse, aunque seguiremos caminando por dentro de una rambla pedregosa y de firme irregular.
Finalmente abandonamos la rambla y tomamos un pista de tierra que aparece por nuestra derecha que de forma más amable y relajada, entre a una pinada a la derecha y la Roca del Morral a la izquierda nos ira haciendo subir hasta la carretera CV-193.
Aquí comenzaremos el tramo más aburrido de la ruta, ya que tendremos que caminar por asfalto aproximadamente durante 2Km. Se trata de una carretera muy tranquila (durante todo el trayecto no vimos ningún vehículo, y eso que era domingo). Al menos, las vistas son muy bonitas, incluso nos ofrecerá una panorámica preciosas del cañón que hemos atravesado desde las alturas durante un buen tramo.
Por fin abandonamos la carretera por nuestra izquierda para tomar una senda que durante los próximos 2,5 Km nos hará perder una gran desnivel y nos llevará directamente al coche.
Se trata de una senda dura de andar, ya que el firme es bastante irregular pero es una gozada volver a caminar por un sendero tras el tramo de carretera.
La bajada es entretenida, no puedes dejar de mirar al suelo y durante la misma vamos tomando nota de lo que vemos, porque a esta zona hay que volver. Vemos algunos senderos la mar de interesante, especialmente uno que sale por nuestra derecha y se encamina hacia otro desfiladero en lo que luego veremos sobre la cartografía que se llama Barranc del Llosar.
Como os decíamos, el sendero desemboca directamente en la pista ancha a pocos metros de donde habíamos aparcado.
Subimos al coche, cruzamos los dedos para no encontrar a nadie de frente hasta llegar a la carretera y volvemos a casa.
Una ruta preciosa en un paraje que desconocíamos totalmente.
Descarga el track en GPX: salt-del-cavall-araya