En esta ocasión os presentamos una ruta realmente bonita de esas en las que te pones en “modo aventurilla” y tiras para adelante “a ver qué pasa”.
Os avisamos de que tiene una buena dosis de pateo pero que vale muchísimo la pena (y si no te gusta patear con la bici siempre puedes hacerla en modo “senderismo”, yendo y volviendo por dentro del barranco para un total de 13 Km.
En realidad lo que hicimos fue unir un track de senderismo que cruza la Rambla y el Barranco de Amanderos partiendo desde Riodeva con parte de un track de la marcha ciclotusita Titánica de Riodeva.
Los primeros 6,5 Km que transcurren por el barranco de Amanaderos son realmente espectaculares pero te recordamos que vas a tener que empujar si o si en algunos tramos y que con la bici al hombro puede hacerse durillo, especialmente si te vas desviando para ver todos los saltos de agua que señalan los indicadores que iras encontrando.
Es muy aconsejable que lleves calcetines de repuesto si hace frio (cruzarás el rio en varias ocasiones y puedes mojarte los pies en función de la cantidad de agua que lleve) y si es posible no la hagas solo (en mi caso al ir solo, el paso por las estrechas escaleras de madera me costó unas agujetas en el brazo jajaja – otra opción es quitarle las ruedas a la bici y subirla por partes).
Más adelante vamos a intentar mejorar la ciclabilidad de la ruta haciendo el barranco en sentido inverso y alargarla por nuevos senderos de la zona, ya enlazaremos la nueva ruta cuando la tengamos.
Vamos allá
La ruta parte de la población de Riodeva , una pequeña población Turolense ubicada en el límite de Teruel con la provincia de Valencia a los pies de la Sierra de Javalambre.
En nuestro caso aparcamos en la parte baja del pueblo junto a unos huertos (parecía el pueblo con las calles más estrechas del mundo 😀 por lo que decidimos aparcar fuera ) y subimos con la bici para dar una pequeñita vuelta y ver la población.
Partiendo del pueblo nos dirigiremos hacia la calle de la Acequia, y todavía en el casco urbano vemos un primer indicador dentro de la población GR-8 Amanaderos – Camarena y nos dejaremos caer por un pequeño trozo cementado hacia la carretera, donde veremos los indicadores de la Marcha Cicloturista Titánica de Riodeva y otro indicador rojo al CIREA (centro de interpretación de los Amanaderos).
Comenzaremos a pedalear por una pista ancha en dirección al CIREA que poco a poco se va haciendo más estrecha , pasando a ser una pista con 2 roderas hasta convertirse en un sendero al pasar bajo una canalización de agua que vemos al inicio de las paredes del barranco.
La cosa promete y el sendero empieza a circular entre altas paredes, ya con cierta dificultad a la hora de pedalear por lo roto y pedregoso del firme en algunos puntos (recordemos que aquí estamos en la rambla del rio).
Pronto pasamos junto a una balsa situada tras una valla metálica y una cabras montesas se quedan mirándonos extrañadas (seguro que están pensando,” donde va ese humano con ese trozo de hierro con ruedas por aquí dentro”) y tras unos instantes salen disparadas paredes de roca arriba.
Seguimos pedaleando y llegaremos al Centro de Interpretación (CIREA), que no es ni mas ni menos que un molino reconstruido (Molino Montereta) que por cierto estaba cerrado (no sabemos si sigue activo). Tomamos un par de fotos a una bonita surgencia de agua en uno de sus laterales y nos disponemos a afrontar una dura subida por el GR-8 en dirección a Camarena de la Sierra que nos va a hacer poner los primeros pies a tierra.
El sendero es precioso y a cada poco vamos oyendo como el agua brota por los laterales entre las rocas y las paredes de piedra.
La senda comienza a ganar cada vez más desnivel, separándonos del rio para ir ganando altura pero sin perderlo de vista.
Cada cierto tiempo encontraremos indicadores que nos muestran desvíos a los diferentes saltos de agua (vale la pena visitarlos todos aunque suponga un pateo adicional), eso sí, no cargues con la bici en estos desvíos, ya que no vale la pena y te ahorras llevarla al hombro un rato más.
Vemos un primer desvío nos indica el Salto del Estrecho 150m, así que tras unos pocos metros, viendo que se cierra la senda, dejamos la bici a un lado y continuamos andando para verlo. El sendero se pierde un poco, pero pronto vemos que sube por barranco lateral hasta el alto de unos peñascos por las que cae el agua entre unas rocas que conforman un estrecho de gran profundidad. Fotito y seguimos camino volviendo al sendero principal.
Seguimos camino y ahora sí que toca empujar la bici, el sendero , aunque bien definido transcurre por una pedrera en elevada pendiente por la que es imposible mover la bici con nosotros encima. Bici al hombro, andamos unas curvitas y al llegar a la parte alta nos desviamos unos metros a nuestra izquierda para admirar el barranco. Es realmente bonito.
Volvemos al sendero y poco más adelante, sorpresa, parece que desaparece!!! Tras un momento de confusión pensando como narices vamos a poder subir las paredes de tierra y roca que tenemos delante con la bici al hombro (lo intentamos a pié sin la bici y cuesta muchísmo por el enorme desnivel), pensamos que la hemos liado parda y que no hay forma de seguir con la bici pero al girarnos nos damos cuenta de que estamos mirando al lugar equivocado, a nuestra izquierda, en la roca, volvemos a ver las marcas rojas y blancas del GR y unos cables que nos ayudarán a pasar por el camino sin resbalar, así que perfecto, bici al hombro de nuevo y pasamos este tramo de roca (no es complicado aunque lo parezca por la presencia de las corderas).
Ahora el camino suaviza un poco, aunque es complicado de ciclar por lo irregular del firme (vamos a ratitos sobre la bici con gran esfuerzo y a ratitos empujando) y llegamos a un nuevo salto de agua, el Salto de la Virgen Blanca. Primero lo veíamos desde el camino y ahora , por el indicador podremos llegar hasta él. Cruzamos el rio y con mucho cuidado nos asomamos hasta la propia boca de la caída de agua (nos agarramos a una pequeña cadena para no caer) y a los que padecemos algo de vértigo nos impresiona.
De nuevo deshacemos camino y volvemos al sendero principal.
Ahora daremos pedales (ya es más ciclable) hasta llegar a un nuevo salto de agua, El salto Polaina, al que llegaremos tras pasar unas escaleritas y pasarela de madera. Aquí realmente apetece darnos un baño, pero intuimos que el agua estará algo más que fresca , así que tras la fotito de rigor, volvemos de nuevo a la senda principal y seguimos camino.
Atravesaremos un pedregal y a partir de aquí cruzaremos en poco tiempo varias veces el rio pasando por algunos pequeños saltos de agua y bonitas pozas sin nombre.
Algo más tarde llegaremos a una bifurcación del GR-8, nosotros tomaremos la dirección descendente hacia “Las Ninfas y la Yegua”. Siguiendo el sendero llegamos al espectacular salto Salto de las Ninfas de 24 metros de altura, en el que el agua cae encajonada entre bloques de rodeno conformando una preciosa cascada.
El lugar es realmente mágico y junto a la cascada y el verdor de la zona vemos unas empinadas escaleras que nos suben hacia lo alto de la cascada.
Aquí nos costó un poco subir la bici, ya que son muy verticales y estrechas, por lo que nos tocó subirla a pulso con una mano por la parte exterior mientras tropezaba con la roca. Una vez arriba pensamos que quizá hubiese sido más fácil desmontarle las ruedas y subirla en dos veces jajaja, demasiado tarde).
Tras este primer tramo de escaleras, disfrutamos de las vistas y tendremos que afrontar unas segundas escaleras, estas las subimos mejor de espaldas con la bici apoyada sobre la rueda de atrás y tirando de ella.
(Mientras subimos oímos unos gritos de “ostras, viene un loco con la bici por ahí dentro” … jajaja, pero de bajar a ayudar nada eeeeeeeeeeeeeeeeh!!!!).
Una vez arriba llaneamos un poco y llegamos al que quizá sea el salto de agua más espectacular, el de las Yeguas, que cae de gran altura por delante de una cavidad cubierta de yedra.
Descansamos un poquito, fotos de nuevo y seguimos camino.
Desde aquí la cosa ya se convierte en una “ruta de ciclismo de montaña convencional”. Un indicador nos muestra el GR-10 en dirección a Camarena de la Sierra por una pista de tierra ancha por la que pedalearemos durante unos 5Km hasta llegar a la fuente de Matahombres, donde en nuestro caso aprovechamos para zamparnos el bocata.
Desde aquí seguiremos el camino en descenso (a los 700m abandonamos la pista principal a nuestra izquierda para tomar otra mucho más bonita y con el firme menos “perfecto” (nos la señalan los indicadores de la marcha cicloturista) y que transcurre por un entorno precioso.
Descenderemos moderadamente durante los próximos 6 Km (nos vendrá bien para reponer fuerzas) y de repente tras pasar una roca con una pintada (puerto 1ª +) viene uno de los tramos de pista con más pendiente que hemos visto, menos mal que solo es algo más de 1,5Km pero nos deja totalmente machacados, terrible.
Desde aquí por fin ya solo nos queda bajar durante los próximos 9 Km hasta la población, lo haremos primero por pista y más tarde por un sendero rápido de gran pendiente que nos llevará hasta las inmediaciones de Riodeva.
Desde aquí al coche y sonrisota de oreja a oreja, volveremos, esta zona tiene muuuuuuuuuuuchas posibilidades.
PD: si este barranco es así de increíble tras toda la sequía de este verano y sin apenas lluvias hasta mediados de octubre … en primavera tiene que ser algo digno de ver.
Riders: Gabi
DESGARGA EL TRACK EN GPX: riodeva-amanaderos
Esta la tengo pendiente desde hace mucho tiempo, pero caminando, que no quiero que me llamen loco 🙂
Un saludo.
Jajaja. Caminando también será preciosa, te aconsejo ir y volver por dentro del barranco, aunque veas lo mismo dos veces … vale la pena 😀