En esta ocasión nos vamos a la comarca de los Serranos, en la provincia de Valencia a realizar una ruta cortita pero sin desperdicio que nos va a llevar a dos parajes espectaculares: La Cascada de Bercolón y la antigua piscifactoría de La Tosquilla.
OJO: La primera parte de la ruta tal cual la hicimos nosotros (track) tiene algún paso complicadito que no la hace apta para personas mayores o niños muy pequeños o incluso para gente no demasiado acostumbrada ya que hay que hacer una pequeña trepada de cierta dificultad para acceder a la cueva (no obstante en la entrada os explicamos cómo acceder más fácilmente).
Puedes realizar la ruta a tu gusto, visitando primero la cascada de Bercolón y luego la Piscifactoría como hicimos nosotros o a la inversa.
Vamos allá.
Llegando al punto de inicio:
Partimos desde el Área recreativa de la Zagra a la que accederemos por una pista forestal de tierra (camino de Zagra) de unos 10Km de longitud que tomaremos dejando la CV-35 entre Tuéjar y Titaguas.
Actualmente se puede recorrer con cualquier automóvil pero mejor si es un coche alto, ya que puedes encontrar algún bache profundo y alguna zona con más piedra que a un coche “normal” le puede ir justito.
La ruta
Tramo I: La cascada de Bercolón (1,7Km)
Desde el aparcamiento comenzamos a caminar hacia el Sur por el camino por que hemos venido en coche para inmediatamente girar a la derecha cruzando un bonito puente sobre el Turia y coger el Camino de la Zafra.
Unos 100 m más tarde el camino se bifurca y aquí tomaremos el de la derecha (Camino de Sinarcas a Zagra).
Caminaremos por la pista durante unos 200m para entonces abandonarla y tomar un pequeño sendero que veremos a nuestra izquierda y que nos lleva a cruzar el riachuelo para encarar en barranco del Bercolón por un precioso sendero.
La ruta hacia la cascada no está señalizada así que iremos siguiendo la senda ascendiendo por junto al riachuelo del barranco (fijaos bien porque el sendero presenta algunas bifurcaciónes sin salida que os hará regresar sobre vuestro pies y el camino bueno rodea una gran piedra por la derecha).
Vamos caminando hasta que el ruido del agua nos hace mirar a nuestra derecha y separarnos del camino unos metros para llegar a una poza a la que se precipita suavemente una cascada deslizándose por la pared de roca.
Es realmente bonita. Tomamos fotos y cuando estamos a punto de regresar miramos hacia arriba y nos damos cuenta de que allí es donde debe nacer la cascada, así que decidimos subir y nos ponemos manos a la obra.
Comenzamos a ascender por la senda, ahora mucho más irregular y empinada hasta que frente a nosotros aparece una pared de piedra, uff. La roca se ve desgastada y resbaladiza y no parece nada fácil de superar, pero el “ansia exploradora” nos anima a hacerlo.
No sin dificultad (es lo que tiene ser un pigmeo de 1,60) conseguimos trepar por la roca y llegar a la parte superior.
OJO, si no estás acostumbrado a realizar trepadas tienes una alternativa más sencilla subiendo por donde bajaremos más tarde.
Una vez arriba vemos a nuestra derecha allá abajo la poza en la que hemos parado antes y frente a nosotros ¡oooooh!, la Cascada de Bercolón, una verdadera preciosidad.
En la roca se conforma una espectacular cueva por cuya pared “resbala “ la misma cascada que hemos visto en la parte inferior conformando otra poza realmente espectacular de un agua totalmente cristalina. Tenemos la suerte de que tal y como entra la luz del sol a la cueva produce un efecto como si bajo el agua hubiese un foto, realmente espectacular.
Disfrutamos un buen ratito y mientras pensamos como narices vamos a bajar por donde hemos subido nos damos cuenta de que cruzando sobre el riachuelo que parte de la poza sigue el sendero.
Cruzamos y vemos que se bifurca en dos y por la izquierda parece seguir subiendo hacia el “nacimiento” de la cascada. Vamos por él y “waw” una especie de ventana natural nos permite asomarnos a la cueva/cascada desde un nivel superior. Precioso.
Mas fotos y deshacemos este pequeño tramo de unas decenas de metro para volver a la cueva principal y desde aquí seguir el sendero que habíamos visto que nos bajará de forma abrupta pero más asequible que por la roca por la que habíamos trepado al sendero por el que vinimos. Si no estáis acostumbrados a trepar este sería el camino para llegar más fácilmente.
Ahora desharemos el camino para volver donde comenzamos e iniciar el tramo II de la ruta hacia la piscifactoría.
Tramo II: La antigua piscifactoría de la Tosquilla (3,3Km)
De nuevo nos encontramos en el punto de inicio. Ahora vamos a dirigirnos hacia el norte sin abandonar en ningún momento la pista de tierra (Pista de Zafra).
Se tratará de un agradable paseo sin ninguna dificultad que en 1,5 Km aproximadamente nos llevará la antigua piscifactoría de la Tosquilla.
La Tosquilla en tiempos pasados fue un molino de harina que utilizaba la fuerza del Turia para mover las ruedas y moler el grano. El molino quedó en desuso y más tarde se construyó la piscifactoría aprovechando las aguas de la cercana Fuente de los Baños y construyendo una sucesión de piscinas interconectadas entre ellas.
Durante el camino que en todo momento circula en altura junto al rio Turia, pasaremos junto a dos preciosas fuentes, la Fuente Nueva primero, y la Fuente de la Mojonera más tarde.
El camino esta precioso, hemos elegido la semana perfecta de otoño, y la frondosa vegetación de ribera encajada entre altas paredes de roca excavadas por el Turia presenta esas gamas de colores que van del amarillo a marrón pasando por el rojo creando un paisaje magnífico.
Pronto vemos dos grandes columnas de piedra a modo puerta y un poco más tarde el letrero de la “Piscifactoría”.
Accedemos a ella aunque hay puerta siempre está abierta y lo primero que vemos es una sucesión de piscinas intercomunicadas entre ellas con un agua cristalina que de ser otra época más calurosa sin duda nos invitaría darnos un chapuzón.
La antigua piscifactoría ha sido convertida en una especie de “área recreativa” y está equipada un algunas mesas de piedra donde poder descansar y parar a comer (aunque la dificultad de acceso hace que sea muy poco cuncurrida).
Paseamos por toda la piscifactoría que realmente es un paraje curioso y con cierta “magia”, tomamos fotos y finalmente regresamos sobre nuestros pasos al punto de origen y fin de la ruta.
Realmente ha sido una ruta sorprendente.
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