El casco de ciclismo – cosas que debes saber

Lo primero que te vamos a recomendar es: LLEVA CASCO SIEMPRE. A veces el menor percance puede suponerte un impacto considerable, incluso cuesta arriba o a velocidades lentas, que en el caso de que se produzca en la cabeza puede tener consecuencias muy serias.

Pero recuerda que el casco no te hace indestructible, los cascos de bicicleta HOMOLOGADOS están pensados para proteger frente a impactos del propio ciclista a velocidades no superiores a los 30Km/h, aunque a velocidades más altas o impactos contra otros vehículos u objetos móviles siempre sera mejor llevar el casco que no hacerlo.

Si te fijas verás que hay una gran cantidad de tipos de casco, cascos de dirt o street (suelen ser cascos muy redondeados y sin visera), cascos de DH (cascos integrales similares a los de motocross pero más ligeros), cascos de ciclismo en ruta, cascos para contra-reloj (si, esos que parecen una cabeza de alien), cascos de XC, de enduro o all mountain…

Nosotros vamos a hablarte de los cascos de ciclismo en ruta y de XC o enduro que son los más habituales y los que seguramente utilizarás para realizar las rutas que te proponemos en 3enruta.

Vamos allá.

Homologación

El principal parámetro en el que debemos basarnos para elegir un casco es que proporcione una protección correcta frente a impactos, para ello debemos fijarnos en que se trate de un casco homologado por la norma europea EN1078. Esta homologación la encontraremos representada por una etiqueta en el interior del casco, si no ves la etiqueta no lo compres.

Tipos de casco.

Cascos de ciclismo en ruta y cascos de ciclismo de montaña (XC y enduro). Como hemos dicho antes, estos serán los tipos de casco más habituales (por supuesto también existen los cascos integrales reservados principalmente para practicar DH o freeride).

En principio podemos hablar casi de diferencias estéticas, ya que a nivel técnico los cascos están construidos del mismo modo y tienen una resistencia similar a impactos.

La principal diferencia entre los cascos de montaña y ruta es básicamente la existencia de visera en los primeros (el 90% de las veces puede ponerse y quitarse) y algunos modelos suelen presentar aberturas de ventilación algo más numerosas o amplias aunque en muchos casos no hay diferencia en este aspecto.

Entre los cascos de ciclismo de montaña XC y All-mountain o Enduro, también existen ligeras diferencias, sobre todo en cuanto a su forma ,ya que los de enduro incrementan la protección en la zona occipital de la cabeza, presentando un aspecto más redondeado en esta zona y tienen un aspecto más “robusto” y muchas veces la visera algo más grande.

Los cascos más habituales

Actualmente se ven cada vez más cascos de enduro con «mentonera» desmontable, de forma si se desea se puede colocar fácilmente y para las bajadas más técnicas, rápidas o comprometidas disponemos prácticamente de un casco integral, con la comodidad de poder volver a retirar la mentonera cuando deseemos y pedalear más cómodamente casi como si llevásemos un casco «tradicional».

Funcionamiento de un casco de ciclismo

Fundamentalmente los cascos de ciclismo están fabricados con poliestireno expandido. Este material tiene la propiedad de dispersar las fuerzas causadas por un impacto a través de la deformación plástica, logrando que no recibamos la fuerza del impacto directamente sobre nuestra cabeza. Esta propiedad de absorción queda mermada tras un fuerte golpe y por el paso del tiempo, por lo que el casco debe ser sustituido por uno nuevo tras un impacto considerable o aproximadamente a los 5/6 años de vida como máximo ya que podría dejar de realizar su función correctamente y no protegernos de forma adecuada.

En la parte exterior del casco encontramos la carcasa, cuya principal función es la de proteger el poliestireno de agresiones externas (lluvia, calor, arañazos) y aumentar la protección frente a obejetos punzantes. Actualmente los cascos de buena calidad utilizan la tecnología In-mold mediante la que consiguen que durante la fabricación del casco la carcasa y el poliestireno de la parte interior se unan formando una sola pieza, lo que aumenta la resistencia contra los impactos y mejora la difusión de la energía del choque haciéndolos más seguros.

Algunos de los cascos actuales de más alta gama de los principales fabricantes incorporan la tecnología MIPS, (Multi-directional Impact Protection System), mediante la que ante un impacto distinto a un ángulo de 90º el sistema imita el mecanismo de protección del cerebro mediante una membrana situada entre la carcasa del casco y nuestra cabeza, capaz de rotar entre 10 y 20 milímetros en caso de impacto e imitar el movimiento de nuestra cabeza, aislando de esta forma nuestro cerebro y evitando posibles lesiones cerebrales derivadas de un impacto lateral.

Elije la talla adecuada

Medida de la cabeza

Elegir la talla adecuada del casco es fundamental. Por regla general huye de los cascos de “talla única”. Un casco siempre tiene que ir bien ajustado para que la protección no pierda eficacia.

Para conocer tu talla tendrás que medir tu cabeza por la parte más ancha (normalmente un par de centímetros sobre las cejas). Para ello utiliza una cinta métrica flexible o bien utiliza un cordel y luego colócalo sobre un metro o una regla. Lo ideal es que te ayude alguien, así la cinta métrica estará recta.

Ahora sabes la circunferencia de tu cabeza. La mayoría de fabricantes incluyen el rango de medidas para cada talla.

Por ejemplo

– XS: 47 a51 cm      – S: 51 a 55 cm
– M: 55 a 59 cm      – L: 59 a 63 cm
– XL: 61 a 65 cm

(ten en cuenta que estos rangos varían en función del fabricante, si vas a comprar el casco por Internet – lo ideal es, si puedes, probártelo siempre – comprueba su tabla de tallas)

Partes de un casco

Partes de un casco de ciclismo

Ajuste del casco

Para que un casco funcione adecuadamente también es necesario que se ajuste correctamente a la cabeza, evitando que baile y que esté demasiado inclinado hacia delante o hacia detrás o hacia los lados.

Para que el casco te ajuste bien es indispensable, por una parte que elijas la talla adecuada, y por otra que lo ajustes correctamente, utilizando los elementos de que dispone el propio casco: almohadillas, ajuste del anillo interno del casco y correas laterales.

En general, para que un casco esté bien colocado debemos tenerlo bien ajustado (no es necesario que nos apriete), de forma que puesto en la cabeza sin atar la podamos mover con cierta velocidad y no nos baile ni se desplace.

Antes de proceder al ajuste comprobaremos las almohadillas del casco. La mayoría viene solo con un juego, aunque otros vienen con dos de distintos grosores. Estas almohadillas son para, por una parte, hacer que el contacto entre nuestra cabeza y el casco sea cómodo y por otra absorber el sudor. Comprobaremos que tenemos las almohadillas puestas y procederemos al ajuste.

Primero ajustaremos el anillo del casco. La mayoría de cascos actuales cuentan con algún tipo de sistema de ajuste en forma de rueda, pinzas corredizas o similar en su parte trasera para ajustar el casco a la cabeza. Con el casco colocado, debemos girar la rueda o ir juntando las pinzas hasta que notemos sujeto el casco a nuestra cabeza (no hace falta que apriete un montón).

A continuación ajustaremos las correas laterales. Aflojaremos las presillas de estas correas hasta que la V que dibujan nos queda un poco por debajo del lóbulo de la oreja (un cm o un dedo aproximadamente). Debemos fijarnos en que la delantera y la trasera queden compensadas para que no desequilibren la posición del casco.

Por último, con el casco puesto, comprobando que no nos baila en la cabeza y que está nivelado procederemos a ajustar el cierre de la barbilla. Para ello ajustaremos la correa de forma que no quede muy apretada, normalmente dejando un espacio para que quepa un dedo sin problemas. Moveremos la cabeza a izquierda y derecha y adelante y atrás cercionándonos de que no nos molesta o nos presiona la barbilla, pero que tampoco queda totalmente flojo.

Imagen obtenida de olympiawa.gov

Algunos consejos para el mantenimiento de tu casco

• Nunca dejes el casco dentro de tu coche en verano. Las altas temperaturas pueden hacer que pierda sus propiedades.
• No utilices productos químicos para limpiarlo. Hazlo con una esponja y agua y como mucho algo de gel de ducha.
• Recuerda que la vida media de un casco es de unos 4 a 5 años. Todos los fabricantes aconsejan sustituirlo pasado ese tiempo ya que pueden perder propiedades protectoras.
• Tras un impacto fuerte , aunque no lo veas roto o deteriorado debes cambiar el casco, puede haber perdido sus propiedades.

Recuerda, lleva siempre el casco en la cabeza y bien ajustado, colgado de la mochila no te protege y desabrochado tampoco.

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